Respuesta: Desde que Juan Manuel de Rosas aparece en la escena política hacia 1820, la vida en Argentina tuvo un color rosista. Su figura se incrustó en la vida pública y privada, y en el acontecer económico, cultural y político del país. Como resultado de ese espectacular protagonismo del caudillo bonaerense, su vida estuvo a expensas de las corrientes de opinión. Cada aspecto de su personalidad, cada característica familiar y hogareña, su trayectoria como estanciero y militar, sus decretos y acciones de político, fueron escudriñados, medidos, comentados, divulgados, unas veces a la luz de la experiencia personal de los narradores, otras, tergiversados por motivos ideológicos y partidistas. Nada escapó al ojo observador del escritor, intelectual, adversario político. Rosas fue el tema de conversaciones y tertulias. Su vida, hazañas, triunfos o fracasos, se divulgaron cantados, impresos, narrados y pronto adquirieron contornos fabulosos.
Respuesta: Desde que Juan Manuel de Rosas aparece en la escena política hacia 1820, la vida en Argentina tuvo un color rosista. Su figura se incrustó en la vida pública y privada, y en el acontecer económico, cultural y político del país. Como resultado de ese espectacular protagonismo del caudillo bonaerense, su vida estuvo a expensas de las corrientes de opinión. Cada aspecto de su personalidad, cada característica familiar y hogareña, su trayectoria como estanciero y militar, sus decretos y acciones de político, fueron escudriñados, medidos, comentados, divulgados, unas veces a la luz de la experiencia personal de los narradores, otras, tergiversados por motivos ideológicos y partidistas. Nada escapó al ojo observador del escritor, intelectual, adversario político. Rosas fue el tema de conversaciones y tertulias. Su vida, hazañas, triunfos o fracasos, se divulgaron cantados, impresos, narrados y pronto adquirieron contornos fabulosos.