Desde animales salvajes a lugares salvajes, hay una opción para todos. Junto con los compañeros de clase, se puede adoptar a un animal de una organización de conservación de fauna silvestre, como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). Las adopciones simbólicas ayudan a financiar organizaciones.
2. Hacerse voluntario.
Si no se puede dar dinero, se puede donar tiempo. Muchas organizaciones y zoológicos tienen programas de voluntariado. Se puedes ayudar a limpiar las playas, a rescatar animales salvajes o a enseñar a los visitantes.
3. Visitas.
Los zoológicos, acuarios, parques nacionales y refugios de fauna silvestre son hogar de muchos animales salvajes. Con una visita a esos lugares se puede aprender más sobre las especies de nuestro planeta, escuchando a los expertos. Es muy útil mirar de cerca a las criaturas más increíbles de la Tierra.
4. Donar.
Cuando se visite los zoológicos y las reservas naturales locales, es recomendable pagar el precio de la entrada. Las donaciones ayudan a mantener estas áreas de conservación vital.
5. Pronunciarse.
Compartir con la familia y los amigos la pasión que se siente por la conservación de la fauna silvestre. Decirles a los amigos cómo pueden ayudar. Pedir a quién se conoce que se comprometa a hacer lo posible por acabar con el tráfico de la fauna silvestre.
6. Comprar con responsabilidad.
Al no comprar productos fabricados con partes de animales en vías de extinción se puedes lograr que el tráfico de la fauna silvestre deje de ser un negocio que genere beneficios.
7. Dar una mano.
La basura no es sólo fea, sino que es dañina. Las cabezas de las aves y de otros animales pueden quedar atascadas en las anillas de plástico. Los peces se pueden enredar en las redes. Además, la basura contamina los recursos naturales de todos. Se puede ayudar mucho tirando la basura en los lugares destinados a ello.
8. Reciclar.
Se pueden encontrar nuevas maneras de usar cosas que se tiene. Si no se puedes reutilizar esos materiales, reciclarlos. El zoológico de Minnesota anima a sus visitantes a reciclar los celulares para reducir la demanda del mineral coltán, que se extrae de bajíos donde viven los gorilas.
9. Restaurar.
La destrucción de su hábitat es la principal amenaza para el 85 por ciento de especies amenazadas y en peligro de extinción, de acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. SE puede ayudar a reducir esta amenaza plantando árboles en esos hábitats, restaurando pantanos o limpiando las playas de la zona donde se vive.
10. Participar, unirse.
Si a uno lo gusta la protección de los hábitats naturales, o la prevención del tráfico de fauna silvestre, se puede encontrar una organización dedicada a esos esfuerzos. Es recomendable hacerse miembro de esa entidad. Informarse y apoyar activamente a la organización que se haya elegido.
. Adoptar.
Desde animales salvajes a lugares salvajes, hay una opción para todos. Junto con los compañeros de clase, se puede adoptar a un animal de una organización de conservación de fauna silvestre, como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). Las adopciones simbólicas ayudan a financiar organizaciones.
2. Hacerse voluntario.
Si no se puede dar dinero, se puede donar tiempo. Muchas organizaciones y zoológicos tienen programas de voluntariado. Se puedes ayudar a limpiar las playas, a rescatar animales salvajes o a enseñar a los visitantes.
3. Visitas.
Los zoológicos, acuarios, parques nacionales y refugios de fauna silvestre son hogar de muchos animales salvajes. Con una visita a esos lugares se puede aprender más sobre las especies de nuestro planeta, escuchando a los expertos. Es muy útil mirar de cerca a las criaturas más increíbles de la Tierra.
4. Donar.
Cuando se visite los zoológicos y las reservas naturales locales, es recomendable pagar el precio de la entrada. Las donaciones ayudan a mantener estas áreas de conservación vital.
5. Pronunciarse.
Compartir con la familia y los amigos la pasión que se siente por la conservación de la fauna silvestre. Decirles a los amigos cómo pueden ayudar. Pedir a quién se conoce que se comprometa a hacer lo posible por acabar con el tráfico de la fauna silvestre.
6. Comprar con responsabilidad.
Al no comprar productos fabricados con partes de animales en vías de extinción se puedes lograr que el tráfico de la fauna silvestre deje de ser un negocio que genere beneficios.
7. Dar una mano.
La basura no es sólo fea, sino que es dañina. Las cabezas de las aves y de otros animales pueden quedar atascadas en las anillas de plástico. Los peces se pueden enredar en las redes. Además, la basura contamina los recursos naturales de todos. Se puede ayudar mucho tirando la basura en los lugares destinados a ello.
8. Reciclar.
Se pueden encontrar nuevas maneras de usar cosas que se tiene. Si no se puedes reutilizar esos materiales, reciclarlos. El zoológico de Minnesota anima a sus visitantes a reciclar los celulares para reducir la demanda del mineral coltán, que se extrae de bajíos donde viven los gorilas.
9. Restaurar.
La destrucción de su hábitat es la principal amenaza para el 85 por ciento de especies amenazadas y en peligro de extinción, de acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. SE puede ayudar a reducir esta amenaza plantando árboles en esos hábitats, restaurando pantanos o limpiando las playas de la zona donde se vive.
10. Participar, unirse.
Si a uno lo gusta la protección de los hábitats naturales, o la prevención del tráfico de fauna silvestre, se puede encontrar una organización dedicada a esos esfuerzos. Es recomendable hacerse miembro de esa entidad. Informarse y apoyar activamente a la organización que se haya elegido.
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