Los manglares están desapareciendo a una velocidad vertiginosa por el uso abusivo de sus recursos. La organización ecologista Greenpeace estima que en 1980 había 17 millones de hectáreas de manglar en las costas tropicales del mundo, de los que, según la FAO la mitad ya se han perdido. Las causas de su destrucción son múltiples (extracciones para empresas madereras o papeleras, construcción de infraestructuras...), pero en estos momentos la mayor amenaza para estos ecosistemas la constituye la instalación de la industria camaronera, que cría en estas zonas los langostinos tropicales que se exportan a países desarrollados. La tala de extensas áreas de manglar para instalar piscinas de cría de langostinos es el principal problema que genera esta industria.
Pero, según Greenpeace, ese no es el único problema: para la cría intensiva de langostino tropical se emplean enormes cantidades de productos químicos (alimento, fertilizantes, plaguicidas, antibióticos...) que dan lugar a un caldo tóxico que contamina los recursos hídricos locales, produciendo incluso su eutrofización e hipernitrificación.
Los manglares están desapareciendo a una velocidad vertiginosa por el uso abusivo de sus recursos. La organización ecologista Greenpeace estima que en 1980 había 17 millones de hectáreas de manglar en las costas tropicales del mundo, de los que, según la FAO la mitad ya se han perdido. Las causas de su destrucción son múltiples (extracciones para empresas madereras o papeleras, construcción de infraestructuras...), pero en estos momentos la mayor amenaza para estos ecosistemas la constituye la instalación de la industria camaronera, que cría en estas zonas los langostinos tropicales que se exportan a países desarrollados. La tala de extensas áreas de manglar para instalar piscinas de cría de langostinos es el principal problema que genera esta industria.
Pero, según Greenpeace, ese no es el único problema: para la cría intensiva de langostino tropical se emplean enormes cantidades de productos químicos (alimento, fertilizantes, plaguicidas, antibióticos...) que dan lugar a un caldo tóxico que contamina los recursos hídricos locales, produciendo incluso su eutrofización e hipernitrificación.