El origen del término tiene que ver con la palabra latina impositus. El impuesto es una clase de tributo, que crea y obliga apagar el Estado para poder sustentarse. Tiene la característica particular de no requerir contraprestación directa, es decir, a diferencia de otros tributos como las cotizaciones o las tasas, no podemos exigir nada a cambio tras pagarlo. Su principio rector, llamado “capacidad contributiva”, indica que debe existir un principio de equidad y solidaridad. Quien más tiene, debe aportar más.
¿Para qué sirven?
Básicamente para financiar al Estado. La idea es que mediante su pago se satisfagan necesidades públicas de manera indirecta o directa.
¿Qué son?
El origen del término tiene que ver con la palabra latina impositus. El impuesto es una clase de tributo, que crea y obliga apagar el Estado para poder sustentarse. Tiene la característica particular de no requerir contraprestación directa, es decir, a diferencia de otros tributos como las cotizaciones o las tasas, no podemos exigir nada a cambio tras pagarlo. Su principio rector, llamado “capacidad contributiva”, indica que debe existir un principio de equidad y solidaridad. Quien más tiene, debe aportar más.
¿Para qué sirven?
Básicamente para financiar al Estado. La idea es que mediante su pago se satisfagan necesidades públicas de manera indirecta o directa.