Las Relaciones exteriores de Japón son manejadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón.
Desde la rendición después de la Segunda Guerra Mundial y el Tratado de San Francisco, la política diplomática japonesa se ha basado en estrecha colaboración con Estados Unidos y en el énfasis en la cooperación internacional, como por ejemplo, con las Naciones Unidas. En la Guerra Fría, Japón tomó parte en la confrontación del mundo occidental con la Unión Soviética en Asia Oriental. Durante el rápido desarrollo económico en los años 1960 y 1970, Japón recuperó su influencia y se convirtió en una de las principales potencias del mundo. Las influencias japonesas son vistas como altamente positivas [cita requerida], a excepción de dos países: China y Corea del Sur.1
Durante la Guerra Fría, la política exterior japonesa no era de carácter dominante, y estaba relativamente concentrada en su crecimiento económico. Sin embargo, el final de la Guerra Fría y las amargas lecciones de la Guerra del Golfo cambiaron la política lentamente. Gobierno japonés decidió a participar en las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU, y envió sus tropas a la Camboya, Mozambique, los Altos del Golán y Timor Oriental en los años 1990 y 2000.2 Tras los ataques del 11 de septiembre, buques de la armada japonesa han sido asignados a tareas de re-abastecimiento en el Océano Índico hasta la fecha. La Fuerza Terrestre de Autodefensa de Japón también ha despachado sus tropas al sur de Irak para trabajos de restauración de infraestructura básica.
Más allá de sus vecinos inmediatos, Japón ha seguido una política exterior más activa en los últimos años, reconociendo la responsabilidad que acompaña a su fortaleza económica. El Primer Ministro Fukuda hizo hincapié en un cambio de dirección en su discurso sobre la política exterior a la Dieta: "Japón aspira a convertirse en un centro de desarrollo de recursos humanos, además de un centro para la contribución intelectual a la investigación y para promover la cooperación en el campo de la consolidación de la paz."3 Este discurso vino seguido del modesto éxito conseguido por un plan concebido en Japón que sirvió de la
Las Relaciones exteriores de Japón son manejadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón.
Desde la rendición después de la Segunda Guerra Mundial y el Tratado de San Francisco, la política diplomática japonesa se ha basado en estrecha colaboración con Estados Unidos y en el énfasis en la cooperación internacional, como por ejemplo, con las Naciones Unidas. En la Guerra Fría, Japón tomó parte en la confrontación del mundo occidental con la Unión Soviética en Asia Oriental. Durante el rápido desarrollo económico en los años 1960 y 1970, Japón recuperó su influencia y se convirtió en una de las principales potencias del mundo. Las influencias japonesas son vistas como altamente positivas [cita requerida], a excepción de dos países: China y Corea del Sur.1
Durante la Guerra Fría, la política exterior japonesa no era de carácter dominante, y estaba relativamente concentrada en su crecimiento económico. Sin embargo, el final de la Guerra Fría y las amargas lecciones de la Guerra del Golfo cambiaron la política lentamente. Gobierno japonés decidió a participar en las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU, y envió sus tropas a la Camboya, Mozambique, los Altos del Golán y Timor Oriental en los años 1990 y 2000.2 Tras los ataques del 11 de septiembre, buques de la armada japonesa han sido asignados a tareas de re-abastecimiento en el Océano Índico hasta la fecha. La Fuerza Terrestre de Autodefensa de Japón también ha despachado sus tropas al sur de Irak para trabajos de restauración de infraestructura básica.
Más allá de sus vecinos inmediatos, Japón ha seguido una política exterior más activa en los últimos años, reconociendo la responsabilidad que acompaña a su fortaleza económica. El Primer Ministro Fukuda hizo hincapié en un cambio de dirección en su discurso sobre la política exterior a la Dieta: "Japón aspira a convertirse en un centro de desarrollo de recursos humanos, además de un centro para la contribución intelectual a la investigación y para promover la cooperación en el campo de la consolidación de la paz."3 Este discurso vino seguido del modesto éxito conseguido por un plan concebido en Japón que sirvió de la