A principios del siglo XIX se sabía que las sustancias orgánicas se podían transformar en sustancias inorgánicas, pero no a la inversa. Se creía que los compuestos ‘orgánicos’ sólo los podían sintetizar los seres vivos.
Esta afirmación quedó en evidencia a partir de la síntesis de la urea [(NH2)2 CO] en el laboratorio, primero en 1826 por Wöhler (a partir de cianato amónico) y luego por su discípulo Kolbe, partiendo de sus elementos constituyentes. Durante la década de 1850 Berthelot efectuó sistemáticamente la síntesis de alcohol metílico, alcohol etílico, metano, benceno y acetileno; también obtuvo una grasa, la triestearina, a partir de glicerol y ácido esteárico, que resultó ser idéntica a la natural.
Desde entonces no han existido límites para la síntesis de compuestos cada vez más complejos y semejantes a los naturales. Las técnicas que se fueron desarrollando también abrieron el camino a la elaboración de sustancias no presentes en la Naturaleza y con propiedades singulares, como colorantes, medicamentos, aromas, nuevos materiales, etc.
A principios del siglo XIX se sabía que las sustancias orgánicas se podían transformar en sustancias inorgánicas, pero no a la inversa. Se creía que los compuestos ‘orgánicos’ sólo los podían sintetizar los seres vivos.
Esta afirmación quedó en evidencia a partir de la síntesis de la urea [(NH2)2 CO] en el laboratorio, primero en 1826 por Wöhler (a partir de cianato amónico) y luego por su discípulo Kolbe, partiendo de sus elementos constituyentes. Durante la década de 1850 Berthelot efectuó sistemáticamente la síntesis de alcohol metílico, alcohol etílico, metano, benceno y acetileno; también obtuvo una grasa, la triestearina, a partir de glicerol y ácido esteárico, que resultó ser idéntica a la natural.
Desde entonces no han existido límites para la síntesis de compuestos cada vez más complejos y semejantes a los naturales. Las técnicas que se fueron desarrollando también abrieron el camino a la elaboración de sustancias no presentes en la Naturaleza y con propiedades singulares, como colorantes, medicamentos, aromas, nuevos materiales, etc.