Los andenes de Moray son terrazas o andenes agrícolas construidos en depresiones u hoyos naturales gigantescos. Estas terrazas están superpuestas concéntricamente, tomando la forma de un gigantesco anfiteatro. El hoyo mayor tiene una profundidad de 150 m y el promedio de altura de los andenes es de 1.80 m.
Según los historiadores, estas construcciones constituían un importante laboratorio agrícola de los incas. Ya que sus andenes están construidos con sus respectivos canales de irrigación y cada una de ellas constituyen un microclima. Lo que más llama la atención es la gran diferencia de temperatura media anual entre la parte superior y el fondo de las depresiones, diferencia que llega a tener hasta 15°C.
Existe una teoría, de que los incas habrían aprovechado los cráteres que dejaron el impacto de los meteoritos. Edwin Salazar, autor del libro ‘Astronomía Inka’ rescató ésta teoría expuesta en 1960.
El gigantesco asteroide se dividió al ingresar en la atmosfera terrestre y el impacto dejó 9 cráteres que apuntan al sur oeste, los incas hicieron del lugar un adoratorio y evitaron la erosión con la construcción de los famosos andenes. Los cráteres de los meteoritos fueron sacralizados como en otras grandes civilizaciones del planeta.
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Los andenes de Moray son terrazas o andenes agrícolas construidos en depresiones u hoyos naturales gigantescos. Estas terrazas están superpuestas concéntricamente, tomando la forma de un gigantesco anfiteatro. El hoyo mayor tiene una profundidad de 150 m y el promedio de altura de los andenes es de 1.80 m.
Según los historiadores, estas construcciones constituían un importante laboratorio agrícola de los incas. Ya que sus andenes están construidos con sus respectivos canales de irrigación y cada una de ellas constituyen un microclima. Lo que más llama la atención es la gran diferencia de temperatura media anual entre la parte superior y el fondo de las depresiones, diferencia que llega a tener hasta 15°C.
Existe una teoría, de que los incas habrían aprovechado los cráteres que dejaron el impacto de los meteoritos. Edwin Salazar, autor del libro ‘Astronomía Inka’ rescató ésta teoría expuesta en 1960.
El gigantesco asteroide se dividió al ingresar en la atmosfera terrestre y el impacto dejó 9 cráteres que apuntan al sur oeste, los incas hicieron del lugar un adoratorio y evitaron la erosión con la construcción de los famosos andenes. Los cráteres de los meteoritos fueron sacralizados como en otras grandes civilizaciones del planeta.