Es probable que los términos hardware y software no sean desconocidos para un usuario que emplea consuetudinariamente una computadora. En efecto, estos conceptos son comunes en la vida diaria, no sólo en el trabajo sino en la casa, con la familia e incluso en el entretenimiento. Tanenbaum (2000) define al hardware como un conjunto de circuitos electrónicos, memoria y dispositivos de entrada/salida, White (1993) lo señala como una herramienta u objeto tangible, Szimanski (1995) lo trata como todo el equipo físico que hace arrancar un sistema de información, Capron (1992) como todo el equipo asociado a la computadora y Stanley (2010) como la parte física del sistema informático. En términos más simples, el hardware (relativo a lo duro) es la parte física de una computadora, es decir, todo aquello que pueda ser tocado: teclado, mouse, monitor, impresora, cables, tarjetas electrónicas, carcasa, disco duro, memorias, bocinas, micrófono, etcétera, son considerados como hardware.
Por otro lado, aunque Long (1999) refiere al software como un conjunto de instrucciones, Pfaffenberger(1990) es más explícito incluyendo en su definición los términos sistema, utilería o programas de aplicación. Por su parte, Capron lo define como las instrucciones que le indican a la computadora qué hacer, similar a la aseveración de Stanley quien también emplea el término instrucción para indicar al hardware la tarea que debe realizar. De manera más sucinta, el software (relativo a lo blando) es lo opuesto al hardware, es decir, la parte intangible o lógica de la computadora: los programas, sistemas de información, aplicaciones como procesadores de texto, hojas de cálculo o bases de datos, los simuladores, aplicaciones gráficas y sistemas operativos, entran en este grupo.
A pesar de ser términos diametralmente opuestos, son mutuamente dependientes, porque para que uno pueda trabajar, dependerá invariablemente del otro. Así pues, no es conveniente instalar un programa sin antes conocer sus requerimientos de hardware, ya que de lo contrario, se correría el riesgo de operar defectuosamente o simplemente no funcionar. Normalmente estos requerimientos se centran sobre tres elementos clave: el tipo procesador, el tamaño de la memoria principal (memoria RAM) y el espacio disponible en el disco duro.
Asimismo, para que el hardware funcione de manera óptima, también requiere de un software específico. Es muy común observar esto cuando se conecta por primera vez una memoria flash (conocida como memoria USB) a un equipo de cómputo. Al ser detectada, se instala un programa denominado “controlador” que es reconocido por el sistema operativo para que la memoria trabaje adecuadamente. Este mismo proceso lo llevan a cabo todos aquellos dispositivos que se conectan a la computadora tales como impresoras, cañones, tarjetas de red inalámbricas, entre otros. Cuando estos dispositivos son conectados por segunda ocasión, el sistema operativo ya lo tiene plenamente identificado pues su controlador se encuentra instalado en la computadora de tal forma que su operación será mucho más rápida (se ahorra el proceso de instalación de este controlador).
Así pues, para que el hardware pueda operar adecuadamente al conectarse a una computadora, requerirá de un software que le permita ser identificado y reconocido por el sistema operativo y al contrario, para que un software pueda ejecutarse de manera óptima, requerirá de un hardware lo suficientemente poderoso que le permita ejecutarse con rapidez y eficiencia
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Hardware y Software
Hardware y Software
Es probable que los términos hardware y software no sean desconocidos para un usuario que emplea consuetudinariamente una computadora. En efecto, estos conceptos son comunes en la vida diaria, no sólo en el trabajo sino en la casa, con la familia e incluso en el entretenimiento. Tanenbaum (2000) define al hardware como un conjunto de circuitos electrónicos, memoria y dispositivos de entrada/salida, White (1993) lo señala como una herramienta u objeto tangible, Szimanski (1995) lo trata como todo el equipo físico que hace arrancar un sistema de información, Capron (1992) como todo el equipo asociado a la computadora y Stanley (2010) como la parte física del sistema informático. En términos más simples, el hardware (relativo a lo duro) es la parte física de una computadora, es decir, todo aquello que pueda ser tocado: teclado, mouse, monitor, impresora, cables, tarjetas electrónicas, carcasa, disco duro, memorias, bocinas, micrófono, etcétera, son considerados como hardware.
Por otro lado, aunque Long (1999) refiere al software como un conjunto de instrucciones, Pfaffenberger(1990) es más explícito incluyendo en su definición los términos sistema, utilería o programas de aplicación. Por su parte, Capron lo define como las instrucciones que le indican a la computadora qué hacer, similar a la aseveración de Stanley quien también emplea el término instrucción para indicar al hardware la tarea que debe realizar. De manera más sucinta, el software (relativo a lo blando) es lo opuesto al hardware, es decir, la parte intangible o lógica de la computadora: los programas, sistemas de información, aplicaciones como procesadores de texto, hojas de cálculo o bases de datos, los simuladores, aplicaciones gráficas y sistemas operativos, entran en este grupo.
A pesar de ser términos diametralmente opuestos, son mutuamente dependientes, porque para que uno pueda trabajar, dependerá invariablemente del otro. Así pues, no es conveniente instalar un programa sin antes conocer sus requerimientos de hardware, ya que de lo contrario, se correría el riesgo de operar defectuosamente o simplemente no funcionar. Normalmente estos requerimientos se centran sobre tres elementos clave: el tipo procesador, el tamaño de la memoria principal (memoria RAM) y el espacio disponible en el disco duro.
Asimismo, para que el hardware funcione de manera óptima, también requiere de un software específico. Es muy común observar esto cuando se conecta por primera vez una memoria flash (conocida como memoria USB) a un equipo de cómputo. Al ser detectada, se instala un programa denominado “controlador” que es reconocido por el sistema operativo para que la memoria trabaje adecuadamente. Este mismo proceso lo llevan a cabo todos aquellos dispositivos que se conectan a la computadora tales como impresoras, cañones, tarjetas de red inalámbricas, entre otros. Cuando estos dispositivos son conectados por segunda ocasión, el sistema operativo ya lo tiene plenamente identificado pues su controlador se encuentra instalado en la computadora de tal forma que su operación será mucho más rápida (se ahorra el proceso de instalación de este controlador).
Así pues, para que el hardware pueda operar adecuadamente al conectarse a una computadora, requerirá de un software que le permita ser identificado y reconocido por el sistema operativo y al contrario, para que un software pueda ejecutarse de manera óptima, requerirá de un hardware lo suficientemente poderoso que le permita ejecutarse con rapidez y eficiencia