producto o servicio para la necesidad de el agua en una comunidad ayuda plis osea que se puede hacer pare tener y se los pido no respondan por responder es l qie ustedes piensen y no busquen el google que no aparece
Nota del editor: Invertir eficientemente en aguas residuales y otras infraestructuras de saneamiento es crucial para lograr beneficios de salud pública, mejorar el medio ambiente y la calidad de vida. Los servicios de agua, saneamiento e higiene administrados de manera segura son una parte esencial para prevenir enfermedades y proteger la salud humana durante los brotes de enfermedades infecciosas, incluida la actual pandemia de COVID-19. Más información en: El Grupo Banco Mundial y la COVID-19 (Coronavirus)
Todos los días, recursos valiosos son evacuados a través del inodoro.
Ni qué decir de los lavamanos, duchas y desagües industriales del mundo. Cuando finalmente se abre paso hasta las alcantarillas – o, peor aún, hasta nuestros arroyos y ríos – habremos desperdiciado una valiosísima fuente de agua, energía, y nutrientes: para decirlo en dos palabras, las aguas residuales.
A pesar de los beneficios ambientales ya probados, de salud, económicos y financieros de reutilizar las aguas residuales, un asombroso 80 % a nivel mundial es vertido en el ambiente sin tratamiento adecuado. Con una población en crecimiento y una demanda de recursos hídricos en ascenso, no reutilizar las aguas residuales es una práctica cada día más insostenible e inaceptable.
Apenas seis de cada 10 habitantes de América Latina cuentan con conexión domiciliaria a una red de alcantarillado, y un escaso 30 a 40 % de las aguas residuales recolectadas es sometida a tratamiento. Estas cifras son sorprendentes dado los altos niveles de urbanización e ingresos, y acarrean graves consecuencias para la salud pública, la sostenibilidad ambiental y la equidad social.
¿Qué están haciendo los países latinoamericanos para enfrentar este inmenso desafío? Tenemos un excelente ejemplo en Guayaquil, Ecuador.
Guayaquil, un importante puerto que concentra la mayor población urbana de Ecuador, está ubicado en la ribera occidental del río Guayas, que desemboca en el Océano Pacífico. La contaminación por aguas servidas de los ríos y estuarios ha afectado a la ciudad durante décadas; sin embargo, inversiones recientes en la recolección y el tratamiento de aguas residuales ya están generando mejoras en la calidad del agua y reduciendo la contaminación.
Actualmente, Guayaquil está tomando medidas para mejorar su infraestructura para el manejo aguas residuales con apoyo del Banco Mundial, convirtiéndose rápidamente en un modelo a seguir para la región.
Con base en su experiencia no solo en otras regiones de América Latina sino también en todo el mundo, el Banco Mundial ha promovido y facilitado la incorporación de un enfoque holístico en el abordaje de la gestión de las aguas residuales , especialmente en las siguientes áreas:
Cerciorarse de que el proyecto incida en todos los aspectos fundamentales de la cadena de servicios de saneamiento seguro, entre ellos infraestructura para el tratamiento de aguas residuales, rehabilitación de la red de alcantarillado y ampliación de la cobertura a los pobres, así como asistencia para ayudar a los clientes a reacomodar sus conexiones internas de agua y saneamiento de manera tal que estén conectadas efectivamente a la red. Este enfoque se basa en una metodología de conexión existente desarrollada en Guayaquil que emplea intervenciones sociales y de sensibilización de la población acerca de los problemas de saneamiento. Esta metodología y conocimiento son activamente socializados con otras empresas de servicio público a nivel regional y global y son consideradas buenas prácticas.
A través de, entre otras cosas, controles a la calidad del agua en las zonas de la ciudad ubicadas aguas arriba, apoyar a la empresa de servicio público en la optimización de sus operaciones de tratamiento de agua, la planificación mejorada de las inversiones en saneamiento, así como, al final, el mejoramiento de la rendición de cuentas sobre la gestión ambiental de descontaminación y la conciencia ambiental.
Desarrollar un enfoque de gestión integral del agua urbana para la planificación del desarrollo urbano en áreas de la ciudad en expansión que actualmente están menos consolidadas y requieren intervenciones en alcantarillado urbano y gestión de aguas residuales.
Desde que se inició su ejecución en 2016, el proyecto ha concentrado esfuerzos en tres frentes: generación de energía en los procesos de las plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR), planificación de cuencas hidrográficas, y fiscalización. Conjuntamente, estos enfoques están reduciendo la contaminación, ayudando en la lucha contra la escasez de agua, protegiendo la salud pública y contribuyendo a impulsar la transición de la ciudad hacia una “economía circular”.
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Nota del editor: Invertir eficientemente en aguas residuales y otras infraestructuras de saneamiento es crucial para lograr beneficios de salud pública, mejorar el medio ambiente y la calidad de vida. Los servicios de agua, saneamiento e higiene administrados de manera segura son una parte esencial para prevenir enfermedades y proteger la salud humana durante los brotes de enfermedades infecciosas, incluida la actual pandemia de COVID-19. Más información en: El Grupo Banco Mundial y la COVID-19 (Coronavirus)
Todos los días, recursos valiosos son evacuados a través del inodoro.
Ni qué decir de los lavamanos, duchas y desagües industriales del mundo. Cuando finalmente se abre paso hasta las alcantarillas – o, peor aún, hasta nuestros arroyos y ríos – habremos desperdiciado una valiosísima fuente de agua, energía, y nutrientes: para decirlo en dos palabras, las aguas residuales.
A pesar de los beneficios ambientales ya probados, de salud, económicos y financieros de reutilizar las aguas residuales, un asombroso 80 % a nivel mundial es vertido en el ambiente sin tratamiento adecuado. Con una población en crecimiento y una demanda de recursos hídricos en ascenso, no reutilizar las aguas residuales es una práctica cada día más insostenible e inaceptable.
Apenas seis de cada 10 habitantes de América Latina cuentan con conexión domiciliaria a una red de alcantarillado, y un escaso 30 a 40 % de las aguas residuales recolectadas es sometida a tratamiento. Estas cifras son sorprendentes dado los altos niveles de urbanización e ingresos, y acarrean graves consecuencias para la salud pública, la sostenibilidad ambiental y la equidad social.
¿Qué están haciendo los países latinoamericanos para enfrentar este inmenso desafío? Tenemos un excelente ejemplo en Guayaquil, Ecuador.
Guayaquil, un importante puerto que concentra la mayor población urbana de Ecuador, está ubicado en la ribera occidental del río Guayas, que desemboca en el Océano Pacífico. La contaminación por aguas servidas de los ríos y estuarios ha afectado a la ciudad durante décadas; sin embargo, inversiones recientes en la recolección y el tratamiento de aguas residuales ya están generando mejoras en la calidad del agua y reduciendo la contaminación.
Actualmente, Guayaquil está tomando medidas para mejorar su infraestructura para el manejo aguas residuales con apoyo del Banco Mundial, convirtiéndose rápidamente en un modelo a seguir para la región.
Con base en su experiencia no solo en otras regiones de América Latina sino también en todo el mundo, el Banco Mundial ha promovido y facilitado la incorporación de un enfoque holístico en el abordaje de la gestión de las aguas residuales , especialmente en las siguientes áreas:
Cerciorarse de que el proyecto incida en todos los aspectos fundamentales de la cadena de servicios de saneamiento seguro, entre ellos infraestructura para el tratamiento de aguas residuales, rehabilitación de la red de alcantarillado y ampliación de la cobertura a los pobres, así como asistencia para ayudar a los clientes a reacomodar sus conexiones internas de agua y saneamiento de manera tal que estén conectadas efectivamente a la red. Este enfoque se basa en una metodología de conexión existente desarrollada en Guayaquil que emplea intervenciones sociales y de sensibilización de la población acerca de los problemas de saneamiento. Esta metodología y conocimiento son activamente socializados con otras empresas de servicio público a nivel regional y global y son consideradas buenas prácticas.
A través de, entre otras cosas, controles a la calidad del agua en las zonas de la ciudad ubicadas aguas arriba, apoyar a la empresa de servicio público en la optimización de sus operaciones de tratamiento de agua, la planificación mejorada de las inversiones en saneamiento, así como, al final, el mejoramiento de la rendición de cuentas sobre la gestión ambiental de descontaminación y la conciencia ambiental.
Desarrollar un enfoque de gestión integral del agua urbana para la planificación del desarrollo urbano en áreas de la ciudad en expansión que actualmente están menos consolidadas y requieren intervenciones en alcantarillado urbano y gestión de aguas residuales.
Desde que se inició su ejecución en 2016, el proyecto ha concentrado esfuerzos en tres frentes: generación de energía en los procesos de las plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR), planificación de cuencas hidrográficas, y fiscalización. Conjuntamente, estos enfoques están reduciendo la contaminación, ayudando en la lucha contra la escasez de agua, protegiendo la salud pública y contribuyendo a impulsar la transición de la ciudad hacia una “economía circular”.
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