Un comercio en el que aflora la competencia en todas las ramas de actividad y en el que muchas veces estar o no estar es tanto una cuestión de ventas como de reputación. Y si no que se lo pregunten a esas marcas que quieren estar donde están los líderes de su sector, ya sea en moda, en estética, en textil o utensilios para niños, perfumería o calzado, entre muchos otros.
Presencia de la competencia
Estar al lado del mayor competidor no significa sólo estar en el mismo lugar que él sino tener la posibilidad de arañar parte de sus ventas a un público que, quizá a pie de calle, no habría tenido la ocasión ni de contrastar la oferta ni el tiempo de poder hacerlo.
No sólo eso. Según diversos expertos en centros comerciales consultados por esta publicación las franquicias que se instalan en los centros comerciales que tienen un híper o un supermercado en su interior tienen a tiro a esos clientes que en principio sólo acuden a ese centro para llenar sus despensas y neveras.
Lo mismo ocurre con aquellos clientes que acuden a los parques comerciales por la oferta de restauración y ocio que éstos ofrecen, como cines o boleras, y que antes o después de hacer la actividad por la que han ido a esos centros -comer, cenar, ver una película?- visitan las tiendas ubicadas en ellos incrementando en muchas ocasiones sus cifras de ventas.
Además de por ese mix comercial, los expertos consultados recuerdan que los centros comerciales ofrecen a las franquicias la opción de elegir entre locales de muy dispares tamaños. Tanto es así que esos centros suelen estar dotados de locales cuyas dimensiones pueden variar desde los nueve a los 6.000 metros cuadrados de superficie.
Independientemente del tamaño, todas las cadenas que se instalen en los centros comerciales podrán ofrecer a sus clientes servicios asociados a los mismos como ascensores o escaleras mecánicas para bajar o subir de planta, aseos,y calefacción en invierno y aire acondicionado en verano.
A todos los anteriores se suman los servicios de limpieza de los que se dota el centro y también de los de seguridad, tanto en la parte interna como en la parte externa de los mismos. Servicios que se antojan claves para evitar los hurtos y los robos en momentos claves para el consumo como las fechas de Navidad o fiestas señaladas como San Valentín, el día del Padre, el día de la Madre, Halloween?
Acceso y conexiones
Otro de los puntos fuertes con los que cuentan los parques comerciales en España reside en que casi siempre suelen estar bien conectados con medios de transporte y con rápidos y fáciles accesos por carretera.
De hecho la tendencia demuestra que los últimos centros comerciales construidos en grandes ciudades, como La Gavia en Madrid o Las Arenas en Barcelona tienen estaciones de tren o metro en sus inmediaciones que facilita la llegada de consumidores a sus instalaciones. Instalaciones que se dotan de grandes superficies de parking para facilitar que los compradores más reticentes a los transportes públicos puedan ir a hacer sus compras a estos lugares en sus vehículos y aparcar dentro del recinto sin tener que pagar un solo céntimo.
Tanto el parking como el resto de instalaciones de esos centros comerciales gozan además de una amplitud horaria que permite adaptarse a todos los públicos y tipos de consumidores, al abrir de lunes a domingo durante todo el año, siendo por tanto una alternativa cuando el comercio tradicional y los negocios de hostelería ubicados a pie de calle deciden echar el cierre ciertos días al año.
Tanto es así que en Comunidades Autónomas como Madrid, donde existe liberalización de horarios, la gran mayoría de sus centros comerciales abren todos los días del año a excepción del 25 de diciembre, 1 y 6 de enero.
Flexibilidad de horarios
Esa flexibilidad en los horarios hace que el consumidor no tenga que plantearse si el centro comercial al que quiere ir está o no abierto, aumentando por tanto las opciones de venta de las franquicias implantadas en dichos centros. Franquicias que contarán además con la ayuda y orientación de los equipos de los centros o parques comerciales a la hora de ejecutar las obras para aconidionar los locales y ponerlos en consonancia con la imagen que dicte su matriz.
Pese a todas estas ventajas, los centros comerciales también presentan inconvenientes para las franquicias, como el hecho de tener que acogerse a sus normas para hacer las cargas y descargas de sus mercancías a horas determinadas o el de tener que pagar alquileres que a veces son tan elevados como en algunas localizaciones premium a pie de calle debido a la alta demanda de marcas para implantarse en el mismo lugar.
Todo eso hace que a veces la duración del contrato de arrendamiento se vea modificado si el centro no recibe de su inquilino el dinero calculado al inicio de su relación por una caída de ventas o falta de tirón del local.
Un comercio en el que aflora la competencia en todas las ramas de actividad y en el que muchas veces estar o no estar es tanto una cuestión de ventas como de reputación. Y si no que se lo pregunten a esas marcas que quieren estar donde están los líderes de su sector, ya sea en moda, en estética, en textil o utensilios para niños, perfumería o calzado, entre muchos otros.
Presencia de la competencia
Estar al lado del mayor competidor no significa sólo estar en el mismo lugar que él sino tener la posibilidad de arañar parte de sus ventas a un público que, quizá a pie de calle, no habría tenido la ocasión ni de contrastar la oferta ni el tiempo de poder hacerlo.
No sólo eso. Según diversos expertos en centros comerciales consultados por esta publicación las franquicias que se instalan en los centros comerciales que tienen un híper o un supermercado en su interior tienen a tiro a esos clientes que en principio sólo acuden a ese centro para llenar sus despensas y neveras.
Lo mismo ocurre con aquellos clientes que acuden a los parques comerciales por la oferta de restauración y ocio que éstos ofrecen, como cines o boleras, y que antes o después de hacer la actividad por la que han ido a esos centros -comer, cenar, ver una película?- visitan las tiendas ubicadas en ellos incrementando en muchas ocasiones sus cifras de ventas.
Además de por ese mix comercial, los expertos consultados recuerdan que los centros comerciales ofrecen a las franquicias la opción de elegir entre locales de muy dispares tamaños. Tanto es así que esos centros suelen estar dotados de locales cuyas dimensiones pueden variar desde los nueve a los 6.000 metros cuadrados de superficie.
Independientemente del tamaño, todas las cadenas que se instalen en los centros comerciales podrán ofrecer a sus clientes servicios asociados a los mismos como ascensores o escaleras mecánicas para bajar o subir de planta, aseos,y calefacción en invierno y aire acondicionado en verano.
A todos los anteriores se suman los servicios de limpieza de los que se dota el centro y también de los de seguridad, tanto en la parte interna como en la parte externa de los mismos. Servicios que se antojan claves para evitar los hurtos y los robos en momentos claves para el consumo como las fechas de Navidad o fiestas señaladas como San Valentín, el día del Padre, el día de la Madre, Halloween?
Acceso y conexiones
Otro de los puntos fuertes con los que cuentan los parques comerciales en España reside en que casi siempre suelen estar bien conectados con medios de transporte y con rápidos y fáciles accesos por carretera.
De hecho la tendencia demuestra que los últimos centros comerciales construidos en grandes ciudades, como La Gavia en Madrid o Las Arenas en Barcelona tienen estaciones de tren o metro en sus inmediaciones que facilita la llegada de consumidores a sus instalaciones. Instalaciones que se dotan de grandes superficies de parking para facilitar que los compradores más reticentes a los transportes públicos puedan ir a hacer sus compras a estos lugares en sus vehículos y aparcar dentro del recinto sin tener que pagar un solo céntimo.
Tanto el parking como el resto de instalaciones de esos centros comerciales gozan además de una amplitud horaria que permite adaptarse a todos los públicos y tipos de consumidores, al abrir de lunes a domingo durante todo el año, siendo por tanto una alternativa cuando el comercio tradicional y los negocios de hostelería ubicados a pie de calle deciden echar el cierre ciertos días al año.
Tanto es así que en Comunidades Autónomas como Madrid, donde existe liberalización de horarios, la gran mayoría de sus centros comerciales abren todos los días del año a excepción del 25 de diciembre, 1 y 6 de enero.
Flexibilidad de horarios
Esa flexibilidad en los horarios hace que el consumidor no tenga que plantearse si el centro comercial al que quiere ir está o no abierto, aumentando por tanto las opciones de venta de las franquicias implantadas en dichos centros. Franquicias que contarán además con la ayuda y orientación de los equipos de los centros o parques comerciales a la hora de ejecutar las obras para aconidionar los locales y ponerlos en consonancia con la imagen que dicte su matriz.
Pese a todas estas ventajas, los centros comerciales también presentan inconvenientes para las franquicias, como el hecho de tener que acogerse a sus normas para hacer las cargas y descargas de sus mercancías a horas determinadas o el de tener que pagar alquileres que a veces son tan elevados como en algunas localizaciones premium a pie de calle debido a la alta demanda de marcas para implantarse en el mismo lugar.
Todo eso hace que a veces la duración del contrato de arrendamiento se vea modificado si el centro no recibe de su inquilino el dinero calculado al inicio de su relación por una caída de ventas o falta de tirón del local.