Los problemas debidos al abuso de la tecnología se presentan continuamente en la vida diaria y especialmente en relación con adelantos tecnológicos de carácter social, médico y de comunicación.
El abaratamiento y bajo costo de estos recursos obliga a utilizarlos de manera masiva y es entonces cuando surge el conflicto de decidir cuán beneficiosos son o cuán perjudiciales pueden llegar a ser.
En los últimos años han arreciado las críticas por el uso indebido de esas nuevas tecnologías y las repercusiones que esto tiene sobre la salud pública.
Internet: a pesar de que la brecha tecnológica tiende a disminuir y la World Wide Web empieza a llegar a todos los rincones del país, esta herramienta fundamental se ha convertido también en un escaparate para la pornografía.
El contenido de la red se ha convertido en una mercancía donde el cuerpo humano se comercializa, la inocencia de los niños y niñas es vendida, las mujeres son ultrajadas y la dignidad humana es mutilada.
Tecnología diagnóstica: En estos últimos años han abundado las protestas debido al mal empleo de pruebas diagnósticas por parte de los servicios de salud y no solo en relación con la alta tecnología. Un examen de rutina mal indicado en un número elevado de pacientes puede acarrear pérdidas costosas como la de una prueba diagnóstica sofisticada mal empleada en unos pocos casos.
Con frecuencia, los resultados no ofrecen sino una calidad de vida precaria y desdichada.
A menudo estos avances tecnológicos no se ven acompañados por el desarrollo de personal capacitado para conseguir el rendimiento elevado que prometen.
Páginas de contenido en “salud”: La gran cantidad de información sin bases científicas, miles de páginas de salud escritas por personas que desconocen el tema, miles de consejos, miles de medicamentos, miles de instrumentos diagnósticos, miles de terapias alternativas. No solo hacen incurrir a las personas en graves errores, sino, también, hace que el público exija a los servicios de salud, que se utilice en ellos, la última tecnología, el último fármaco patentado, el último dispositivo electrónico, lo que encarece enormemente la atención de salud sin ser necesario o justo para la seguridad social.
Facebook: la red social más famosa del mundo, la más utilizada. Sin embargo, también es sitio constante de pornografía, de violación de derechos, de racismo, de discriminación, de ofensas contra la dignidad de las personas, de violencia contra “las tierrosas”, de falsa información, de falsos perfiles.
También se ha convertido en un sitio adictivo, de ocio en horas laborales, un sitio para comercializar de todo.
Smartphones: los llamados teléfonos inteligentes están al alcance de todos. Su utilidad no está en entredicho es su uso inadecuado.
El sexting entre adolescentes permite la comunicación mediante imágenes y videos, los cuales son intrínsecamente más explícitos y tienen un mayor impacto. El peligro novedoso del sexting es que ese material puede ser difundido de manera muy fácil y amplia, de manera que el remitente inicial pierde totalmente el control sobre la difusión de dichos contenidos.
En conclusión, el avance tecnológico es necesario para las sociedades, para su desarrollo, para su salud, sin embargo es urgente normar o educar en su adecuado uso, ya que la inadecuada utilización de estos es un claro problema de salud pública que debe ser atendido a la brevedad posible.
Los problemas debidos al abuso de la tecnología se presentan continuamente en la vida diaria y especialmente en relación con adelantos tecnológicos de carácter social, médico y de comunicación.
El abaratamiento y bajo costo de estos recursos obliga a utilizarlos de manera masiva y es entonces cuando surge el conflicto de decidir cuán beneficiosos son o cuán perjudiciales pueden llegar a ser.
En los últimos años han arreciado las críticas por el uso indebido de esas nuevas tecnologías y las repercusiones que esto tiene sobre la salud pública.
Internet: a pesar de que la brecha tecnológica tiende a disminuir y la World Wide Web empieza a llegar a todos los rincones del país, esta herramienta fundamental se ha convertido también en un escaparate para la pornografía.
El contenido de la red se ha convertido en una mercancía donde el cuerpo humano se comercializa, la inocencia de los niños y niñas es vendida, las mujeres son ultrajadas y la dignidad humana es mutilada.
Tecnología diagnóstica: En estos últimos años han abundado las protestas debido al mal empleo de pruebas diagnósticas por parte de los servicios de salud y no solo en relación con la alta tecnología. Un examen de rutina mal indicado en un número elevado de pacientes puede acarrear pérdidas costosas como la de una prueba diagnóstica sofisticada mal empleada en unos pocos casos.
Con frecuencia, los resultados no ofrecen sino una calidad de vida precaria y desdichada.
A menudo estos avances tecnológicos no se ven acompañados por el desarrollo de personal capacitado para conseguir el rendimiento elevado que prometen.
Páginas de contenido en “salud”: La gran cantidad de información sin bases científicas, miles de páginas de salud escritas por personas que desconocen el tema, miles de consejos, miles de medicamentos, miles de instrumentos diagnósticos, miles de terapias alternativas. No solo hacen incurrir a las personas en graves errores, sino, también, hace que el público exija a los servicios de salud, que se utilice en ellos, la última tecnología, el último fármaco patentado, el último dispositivo electrónico, lo que encarece enormemente la atención de salud sin ser necesario o justo para la seguridad social.
Facebook: la red social más famosa del mundo, la más utilizada. Sin embargo, también es sitio constante de pornografía, de violación de derechos, de racismo, de discriminación, de ofensas contra la dignidad de las personas, de violencia contra “las tierrosas”, de falsa información, de falsos perfiles.
También se ha convertido en un sitio adictivo, de ocio en horas laborales, un sitio para comercializar de todo.
Smartphones: los llamados teléfonos inteligentes están al alcance de todos. Su utilidad no está en entredicho es su uso inadecuado.
El sexting entre adolescentes permite la comunicación mediante imágenes y videos, los cuales son intrínsecamente más explícitos y tienen un mayor impacto. El peligro novedoso del sexting es que ese material puede ser difundido de manera muy fácil y amplia, de manera que el remitente inicial pierde totalmente el control sobre la difusión de dichos contenidos.
En conclusión, el avance tecnológico es necesario para las sociedades, para su desarrollo, para su salud, sin embargo es urgente normar o educar en su adecuado uso, ya que la inadecuada utilización de estos es un claro problema de salud pública que debe ser atendido a la brevedad posible.