Respuesta:
El Xochitlicacan y el Quauitl-xicalli del recinto sagrado de México Tenochtitlan: el árbol como símbolo de poder en el México antiguo
Publicado el julio 17, 2014 por NEBOT GARCÍA EDGARjulio 17, 2014
Para citar este artículo
Eterno es Asvatta, el árbol de la Transmigración.
En la Morada Suprema están sus raíces,
y sus ramas descienden hacia aquí abajo. Cada
hoja de este árbol es un himno sagrado, y aquél
que los conoce, conoce los Vedas.
Sus ramas se extienden en el cielo, recibiendo
la vida de las fuerzas de la naturaleza. Sus
yemas son los placeres sensuales. Y sus raíces
se prolongan introduciéndose en el mundo de
los hombres, atrayendo a los mortales debido
a sus acciones egoístas.
Los hombres no logran entender la naturaleza
cambiante de este árbol, ni saben donde
comienza ni donde acaba, ni donde están sus
raíces. Mas el sabio que puede ver, blandiendo
con fuerza la espada de la templanza, va y
corta este árbol de fuertes y profundas raíces,
encaminándose así hacia ese sendero, que recorren
aquéllos que nunca han de volver.
Bhagavad Gita: cap. XV
" Life is not a problem to be solved but a reality to be experienced! "
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El Xochitlicacan y el Quauitl-xicalli del recinto sagrado de México Tenochtitlan: el árbol como símbolo de poder en el México antiguo
Publicado el julio 17, 2014 por NEBOT GARCÍA EDGARjulio 17, 2014
Para citar este artículo
Eterno es Asvatta, el árbol de la Transmigración.
En la Morada Suprema están sus raíces,
y sus ramas descienden hacia aquí abajo. Cada
hoja de este árbol es un himno sagrado, y aquél
que los conoce, conoce los Vedas.
Sus ramas se extienden en el cielo, recibiendo
la vida de las fuerzas de la naturaleza. Sus
yemas son los placeres sensuales. Y sus raíces
se prolongan introduciéndose en el mundo de
los hombres, atrayendo a los mortales debido
a sus acciones egoístas.
Los hombres no logran entender la naturaleza
cambiante de este árbol, ni saben donde
comienza ni donde acaba, ni donde están sus
raíces. Mas el sabio que puede ver, blandiendo
con fuerza la espada de la templanza, va y
corta este árbol de fuertes y profundas raíces,
encaminándose así hacia ese sendero, que recorren
aquéllos que nunca han de volver.
Bhagavad Gita: cap. XV