Las guerras de independencia en las colonias hispanoamericanas redujeron considerablemente los tesoros de estas, sin contar con los daños a la producción y con los consiguientes decretos que ahuyentaron buena parte de los capitales españoles.
Todo esto provocó que las nuevas naciones adquirieran de potencias como Inglaterra, Francia y Alemania grandes empréstitos, que fueron, durante el siglo XIX, acumulándose con otros, debido a la corrupción administrativa, guerras intestinas, conflictos limítrofes y escasa productividad.
Al arribar al siglo XX las deudas externas eran sumamente altas y la tradición de acudir a préstamos no cesó, así como la corrupción y gobiernos improductivos, lo que conllevó a un incremento de la deuda, cuando ocurrió la crisis del '29.
Las guerras de independencia en las colonias hispanoamericanas redujeron considerablemente los tesoros de estas, sin contar con los daños a la producción y con los consiguientes decretos que ahuyentaron buena parte de los capitales españoles.
Todo esto provocó que las nuevas naciones adquirieran de potencias como Inglaterra, Francia y Alemania grandes empréstitos, que fueron, durante el siglo XIX, acumulándose con otros, debido a la corrupción administrativa, guerras intestinas, conflictos limítrofes y escasa productividad.
Al arribar al siglo XX las deudas externas eran sumamente altas y la tradición de acudir a préstamos no cesó, así como la corrupción y gobiernos improductivos, lo que conllevó a un incremento de la deuda, cuando ocurrió la crisis del '29.