"Argentina está ahora más apta que nunca para ser sede del torneo". Esas fueron las palabras pronunciadas por el presidente de la FIFA, el brasileño João Havelange, que sentenciaron el inicio del Mundial de Fútbol de 1978 en Argentina. Con ellas se dio el pistoletazo, nunca mejor dicho, de salida al campeonato que llevó al estrellato a la selección argentina de fútbol. Pero también fue el momento en el que el deporte legitimó una dictadura de Jorge Rafael Videla y le cedió aún más poder.
"Mientras se gritan los goles, se apagan los gritos de los torturados y de los asesinados", dijo la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, en el documental 'La Historia Paralela', al referirse a los acontecimientos de aquel año. Según indica el periodista de 'The New York Times' Ezequiel Fernández Moores, fueron 50 los desaparecidos durante aquellos días del mes del Mundial, nueve de ellos mujeres embarazadas.
Y es que mientras aficionados argentinos y de todo el mundo celebraban y seguían con fe cada uno de los movimientos de aquel balón --que sufrió un cambio revolucionario con la aparición de la Adidas Tango, un modelo con mayor impermeabilización que los diseños anteriores y que continuaría utilizándose en el siguientes cinco mundiales--, las abuelas y madres de desaparecidos por la dictadura continuaron buscando a los suyos, muchos de ellos secuestrados a tan solo 700 metros del estadio Monumental de River Plate, lugar que acogió entre otros los partidos aquel año, en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
EL MUNDIAL DEL TERROR
La FIFA había elegido a Argentina como sede de la Copa del Mundo de Fútbol de 1978 el día 6 de julio de 1966, momento en el que el país sudamericano estaba gobernado por un régimen constitucional. Pero dos años antes del Mundial del 78, el 24 de marzo de 1976, el gobierno constitucional de la presidenta María Estela Martínez de Perón fue derrocado por el golpe de Estado cívico-militar de Jorge Rafael Videla.
"Argentina está ahora más apta que nunca para ser sede del torneo". Esas fueron las palabras pronunciadas por el presidente de la FIFA, el brasileño João Havelange, que sentenciaron el inicio del Mundial de Fútbol de 1978 en Argentina. Con ellas se dio el pistoletazo, nunca mejor dicho, de salida al campeonato que llevó al estrellato a la selección argentina de fútbol. Pero también fue el momento en el que el deporte legitimó una dictadura de Jorge Rafael Videla y le cedió aún más poder.
BUENOS AIRES, 25 Jun. (Notimérica) -
"Argentina está ahora más apta que nunca para ser sede del torneo". Esas fueron las palabras pronunciadas por el presidente de la FIFA, el brasileño João Havelange, que sentenciaron el inicio del Mundial de Fútbol de 1978 en Argentina. Con ellas se dio el pistoletazo, nunca mejor dicho, de salida al campeonato que llevó al estrellato a la selección argentina de fútbol. Pero también fue el momento en el que el deporte legitimó una dictadura de Jorge Rafael Videla y le cedió aún más poder.
"Mientras se gritan los goles, se apagan los gritos de los torturados y de los asesinados", dijo la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, en el documental 'La Historia Paralela', al referirse a los acontecimientos de aquel año. Según indica el periodista de 'The New York Times' Ezequiel Fernández Moores, fueron 50 los desaparecidos durante aquellos días del mes del Mundial, nueve de ellos mujeres embarazadas.
Y es que mientras aficionados argentinos y de todo el mundo celebraban y seguían con fe cada uno de los movimientos de aquel balón --que sufrió un cambio revolucionario con la aparición de la Adidas Tango, un modelo con mayor impermeabilización que los diseños anteriores y que continuaría utilizándose en el siguientes cinco mundiales--, las abuelas y madres de desaparecidos por la dictadura continuaron buscando a los suyos, muchos de ellos secuestrados a tan solo 700 metros del estadio Monumental de River Plate, lugar que acogió entre otros los partidos aquel año, en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
EL MUNDIAL DEL TERROR
La FIFA había elegido a Argentina como sede de la Copa del Mundo de Fútbol de 1978 el día 6 de julio de 1966, momento en el que el país sudamericano estaba gobernado por un régimen constitucional. Pero dos años antes del Mundial del 78, el 24 de marzo de 1976, el gobierno constitucional de la presidenta María Estela Martínez de Perón fue derrocado por el golpe de Estado cívico-militar de Jorge Rafael Videla.
Respuesta:
Argentina 78: el Mundial que tapó la dictadura
"Argentina está ahora más apta que nunca para ser sede del torneo". Esas fueron las palabras pronunciadas por el presidente de la FIFA, el brasileño João Havelange, que sentenciaron el inicio del Mundial de Fútbol de 1978 en Argentina. Con ellas se dio el pistoletazo, nunca mejor dicho, de salida al campeonato que llevó al estrellato a la selección argentina de fútbol. Pero también fue el momento en el que el deporte legitimó una dictadura de Jorge Rafael Videla y le cedió aún más poder.