Surge en la mente la necesidad de arroparse en la «seguridad» de una respuesta al ser incapaces de entreverarnos con la natural corriente de la Vida, y al no permitir que nuestra esencia cumpla, como lo hace todo alrededor nuestro, armoniosamente su función. No obstante, la mente se conforma al responderse (engañarse) con una sarta de disparates como: estoy aquí para ser salvado, para ser feliz, para ser exitoso, etc.
Al querer buscarle una razón a la Vida, esa razón, se vuelve nuestra interminable búsqueda y limitación, al vivir. El porqué estamos aquí, encontrará sólo respuestas basadas en opiniones; el mismo mundo que has creado es, aunque no lo creas, una opinión. ¿Qué queda entonces al dejar a un lado la opinión? Sin la opinión, no está ni el mundo, ni el personaje que lleva tu nombre, ni la búsqueda, ni la razón, ni el porqué; esto quiere decir que estará solo la esencia, lo prístino, la Vida.
Respuesta:
:3
Explicación:
Surge en la mente la necesidad de arroparse en la «seguridad» de una respuesta al ser incapaces de entreverarnos con la natural corriente de la Vida, y al no permitir que nuestra esencia cumpla, como lo hace todo alrededor nuestro, armoniosamente su función. No obstante, la mente se conforma al responderse (engañarse) con una sarta de disparates como: estoy aquí para ser salvado, para ser feliz, para ser exitoso, etc.
Al querer buscarle una razón a la Vida, esa razón, se vuelve nuestra interminable búsqueda y limitación, al vivir. El porqué estamos aquí, encontrará sólo respuestas basadas en opiniones; el mismo mundo que has creado es, aunque no lo creas, una opinión. ¿Qué queda entonces al dejar a un lado la opinión? Sin la opinión, no está ni el mundo, ni el personaje que lleva tu nombre, ni la búsqueda, ni la razón, ni el porqué; esto quiere decir que estará solo la esencia, lo prístino, la Vida.