A orillas del río Suquía, el día de San Juan de 1573 Lorenzo Suárez de Figueroa emplazó un fuerte según órdenes del entonces gobernador del Tucumán Jerónimo Luis de Cabrera. Era el primer sitio de la ciudad que semanas más tarde recibiría de su fundador el nombre de Córdoba.
Por su ubicación respondía al proyecto de generar una población estable que sirviera de punto de encuentro en las rutas que comunicaban los reinos del Perú y Chile con las provincias del Río de la Plata y España. La idea se complementó con la fundación de San Luis, un puerto sobre el Paraná que no prosperó porque creó un conflicto de jurisdicciones con Asunción.
Con el tiempo, la nueva ruta permitió una corriente comercial que lesionó los intereses de los comerciantes limeños. Ya se han visto las ventajas de evitar el largo camino desde Portobelo y abastecerse vía Buenos Aires. A diferencia de las ciudades del noroeste, Córdoba tuvo desde el principio dos ventajas.
A orillas del río Suquía, el día de San Juan de 1573 Lorenzo Suárez de Figueroa emplazó un fuerte según órdenes del entonces gobernador del Tucumán Jerónimo Luis de Cabrera. Era el primer sitio de la ciudad que semanas más tarde recibiría de su fundador el nombre de Córdoba.
Por su ubicación respondía al proyecto de generar una población estable que sirviera de punto de encuentro en las rutas que comunicaban los reinos del Perú y Chile con las provincias del Río de la Plata y España. La idea se complementó con la fundación de San Luis, un puerto sobre el Paraná que no prosperó porque creó un conflicto de jurisdicciones con Asunción.
Con el tiempo, la nueva ruta permitió una corriente comercial que lesionó los intereses de los comerciantes limeños. Ya se han visto las ventajas de evitar el largo camino desde Portobelo y abastecerse vía Buenos Aires. A diferencia de las ciudades del noroeste, Córdoba tuvo desde el principio dos ventajas.