Durante el auge de la primera década del siglo, los pueblos indígenas mostraron avances sociales significativos, experimentaron una reducción en los niveles de pobreza en varios países y obtuvieron un mejor acceso a los servicios básicos. Lamentablemente, los pueblos indígenas no se beneficiaron en la misma medida que el resto de los latinoamericanos, según un nuevo estudio del Banco Mundial.
El reporte señala que gracias a una combinación de crecimiento económico y buenas políticas sociales, la pobreza de los hogares indígenas disminuyó en países como Perú, Bolivia, Brasil, Chile y Ecuador, mientras que en otros como Ecuador, México y Nicaragua, la brecha educativa, que durante décadas excluyó a los niños indígenas, se cerró.
Sin embargo, el informe también señala que, a pesar de estos avances, todavía queda mucho por mejorar. Los pueblos indígenas continúan enfrentándose a barreras estructurales que limitan su plena inclusión social y económica. Mientras que los pueblos indígenas representan el 8 por ciento de la población en la región, también constituyen aproximadamente el 14 por ciento de los pobres y el 17 por ciento de los extremadamente pobres de América Latina. Aún hoy en día se enfrentan a grandes desafíos para acceder a servicios básicos y adoptar nuevas tecnologías, ambos aspectos claves en sociedades cada vez más globalizadas.
Contrario a la creencia popular, casi la mitad de la población indígena de América Latina vive en zonas urbanas. Pero, incluso en las ciudades, los residentes indígenas a menudo viven en áreas que son menos seguras, menos higiénicas y más propensas a desastres, en comparación con residentes no-indígenas.
Para reducir estas vulnerabilidades con mayor éxito, el informe sugiere abordar los temas indígenas desde una perspectiva diferente, que tenga en cuenta sus voces, cultura e identidad.
La educación, que ha sido uno de los avances más importantes de la última década, es una de las soluciones propuestas en el reporte. Aunque también se menciona que se necesitan mayores esfuerzos para aumentar su calidad y para crear una educación bilingüe y culturalmente apropiada.
Datos disponibles del último censo muestran que en 2010 existían alrededor de 42 millones de personas indígenas en América Latina, lo que representa casi el 8 por ciento de la población total. Países como México, Guatemala, Perú, y Bolivia tienen las poblaciones más grandes, con más del 80 por ciento del total de la región, es decir, 34 millones.
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Durante el auge de la primera década del siglo, los pueblos indígenas mostraron avances sociales significativos, experimentaron una reducción en los niveles de pobreza en varios países y obtuvieron un mejor acceso a los servicios básicos. Lamentablemente, los pueblos indígenas no se beneficiaron en la misma medida que el resto de los latinoamericanos, según un nuevo estudio del Banco Mundial.
El reporte señala que gracias a una combinación de crecimiento económico y buenas políticas sociales, la pobreza de los hogares indígenas disminuyó en países como Perú, Bolivia, Brasil, Chile y Ecuador, mientras que en otros como Ecuador, México y Nicaragua, la brecha educativa, que durante décadas excluyó a los niños indígenas, se cerró.
Sin embargo, el informe también señala que, a pesar de estos avances, todavía queda mucho por mejorar. Los pueblos indígenas continúan enfrentándose a barreras estructurales que limitan su plena inclusión social y económica. Mientras que los pueblos indígenas representan el 8 por ciento de la población en la región, también constituyen aproximadamente el 14 por ciento de los pobres y el 17 por ciento de los extremadamente pobres de América Latina. Aún hoy en día se enfrentan a grandes desafíos para acceder a servicios básicos y adoptar nuevas tecnologías, ambos aspectos claves en sociedades cada vez más globalizadas.
Contrario a la creencia popular, casi la mitad de la población indígena de América Latina vive en zonas urbanas. Pero, incluso en las ciudades, los residentes indígenas a menudo viven en áreas que son menos seguras, menos higiénicas y más propensas a desastres, en comparación con residentes no-indígenas.
Para reducir estas vulnerabilidades con mayor éxito, el informe sugiere abordar los temas indígenas desde una perspectiva diferente, que tenga en cuenta sus voces, cultura e identidad.
La educación, que ha sido uno de los avances más importantes de la última década, es una de las soluciones propuestas en el reporte. Aunque también se menciona que se necesitan mayores esfuerzos para aumentar su calidad y para crear una educación bilingüe y culturalmente apropiada.
Datos disponibles del último censo muestran que en 2010 existían alrededor de 42 millones de personas indígenas en América Latina, lo que representa casi el 8 por ciento de la población total. Países como México, Guatemala, Perú, y Bolivia tienen las poblaciones más grandes, con más del 80 por ciento del total de la región, es decir, 34 millones.