El alcoholismo es una enfermedad progresiva, crónica y degenerativa; con síntomas que incluyen una fuerte necesidad de tomar a pesar de las consecuencias negativas, está caracterizada por daños físicos en todos los sistemas del organismo, siendo los más complicados los relacionados con el sistema cardiovascular, el sistema nervioso y el hígado, explicó la Dra. Silvana Raixa Loayza del servicio social de Achocalla.
Cuando el consumo de bebidas alcohólicas es exagerado o recurrente se produce tolerancia, es decir, el organismo requiere una mayor dosis de alcohol para obtener las mismas sensaciones. Esta situación facilita la adicción, la cual es acompañada de grandes dificultades por detener el consumo cuando se empieza a beber.
La especialista explicó que “esta enfermedad tiene una combinación de diversos factores que son biológicos y psicológicos. El alcohol en el organismo afecta a todos nuestros órganos, lo hace de forma lenta y más rápida, de forma rápida lo hace a las células del cerebro afectando a las neuronas que las vuelve más lentas”.
Señaló que también activa lugares en el cerebro que son responsables del placer, por lo que muchas personas gustan tomar bastante, “el alcoholismo es una enfermedad que no se cura por eso se dice crónica, puedes decir un día tengo 30 días sin tomar, pero no puedes decir que estas curado, aún sigues siendo alcohólico, sólo que estas rehabilitado”, dijo la especialista.
Apuntó que después de un tiempo de abusar del consumo de bebidas alcohólicas, se presenta un deterioro en diversos órganos como el estómago, el hígado, los riñones y el corazón, así como en el sistema nervioso, daños que son irreversibles.
Los efectos inmediatos que produce el alcohol en el organismo son en el aparato digestivo, desde donde pasa a la circulación sanguínea en la que puede permanecer hasta 18 horas. Es eliminado finalmente a través del hígado, por lo que la presencia continuada del alcohol en el organismo y su consumo repetido es responsable de la mayoría de las lesiones que esta sustancia produce en nuestro cuerpo, como la cirrosis hepática o las encefalopatías en las que el funcionamiento de hígado y cerebro se ve gravemente alterado.
La experta afirmó que, “el alcohol en su organismo, al margen de dañar al cerebro también daña al hígado, mayormente al hígado donde tenemos unas células encargadas de muchos procesos bioquímicos que son glucogénesis, se metabolizan en el hígado y cambian esas células que son hepatocitos, cambian a células fibrosas o células grasosas, entonces todo el hígado se va llenando de células que no tienen función, lo destruye el alcohol”.
Los jóvenes son más sensibles a los efectos del alcohol en actividades que tienen que ver con la planificación, memoria y aprendizaje, del cual son más resistentes que los adultos a los efectos sedantes y a la descoordinación motora. “Existen una serie de enfermedades que se relacionan con el consumo reiterado de bebidas alcohólicas, como la cirrosis hepática y las enfermedades cardiacas, por lo que el consumo temprano de bebidas alcohólicas en jóvenes tiende a ser más grave a diferencia de las personas mayores”, puntualizó.
Asimismo, resaltó que la prevención tiene las características de las relaciones que se establecen entre padres e hijos que son de fundamental importancia para la prevención del consumo, como por ejemplo las familias en las que existe una relación positiva basada en la comunicación y el afecto, en la que además existen límites claros, establecen normas que se cumplen y se supervise lo que hagan los hijos serán menos vulnerables frente a las drogas. (espero te sirva) :)
El alcoholismo es una enfermedad progresiva, crónica y degenerativa; con síntomas que incluyen una fuerte necesidad de tomar a pesar de las consecuencias negativas, está caracterizada por daños físicos en todos los sistemas del organismo, siendo los más complicados los relacionados con el sistema cardiovascular, el sistema nervioso y el hígado, explicó la Dra. Silvana Raixa Loayza del servicio social de Achocalla.
Cuando el consumo de bebidas alcohólicas es exagerado o recurrente se produce tolerancia, es decir, el organismo requiere una mayor dosis de alcohol para obtener las mismas sensaciones. Esta situación facilita la adicción, la cual es acompañada de grandes dificultades por detener el consumo cuando se empieza a beber.
La especialista explicó que “esta enfermedad tiene una combinación de diversos factores que son biológicos y psicológicos. El alcohol en el organismo afecta a todos nuestros órganos, lo hace de forma lenta y más rápida, de forma rápida lo hace a las células del cerebro afectando a las neuronas que las vuelve más lentas”.
Señaló que también activa lugares en el cerebro que son responsables del placer, por lo que muchas personas gustan tomar bastante, “el alcoholismo es una enfermedad que no se cura por eso se dice crónica, puedes decir un día tengo 30 días sin tomar, pero no puedes decir que estas curado, aún sigues siendo alcohólico, sólo que estas rehabilitado”, dijo la especialista.
Apuntó que después de un tiempo de abusar del consumo de bebidas alcohólicas, se presenta un deterioro en diversos órganos como el estómago, el hígado, los riñones y el corazón, así como en el sistema nervioso, daños que son irreversibles.
Los efectos inmediatos que produce el alcohol en el organismo son en el aparato digestivo, desde donde pasa a la circulación sanguínea en la que puede permanecer hasta 18 horas. Es eliminado finalmente a través del hígado, por lo que la presencia continuada del alcohol en el organismo y su consumo repetido es responsable de la mayoría de las lesiones que esta sustancia produce en nuestro cuerpo, como la cirrosis hepática o las encefalopatías en las que el funcionamiento de hígado y cerebro se ve gravemente alterado.
La experta afirmó que, “el alcohol en su organismo, al margen de dañar al cerebro también daña al hígado, mayormente al hígado donde tenemos unas células encargadas de muchos procesos bioquímicos que son glucogénesis, se metabolizan en el hígado y cambian esas células que son hepatocitos, cambian a células fibrosas o células grasosas, entonces todo el hígado se va llenando de células que no tienen función, lo destruye el alcohol”.
Los jóvenes son más sensibles a los efectos del alcohol en actividades que tienen que ver con la planificación, memoria y aprendizaje, del cual son más resistentes que los adultos a los efectos sedantes y a la descoordinación motora. “Existen una serie de enfermedades que se relacionan con el consumo reiterado de bebidas alcohólicas, como la cirrosis hepática y las enfermedades cardiacas, por lo que el consumo temprano de bebidas alcohólicas en jóvenes tiende a ser más grave a diferencia de las personas mayores”, puntualizó.
Asimismo, resaltó que la prevención tiene las características de las relaciones que se establecen entre padres e hijos que son de fundamental importancia para la prevención del consumo, como por ejemplo las familias en las que existe una relación positiva basada en la comunicación y el afecto, en la que además existen límites claros, establecen normas que se cumplen y se supervise lo que hagan los hijos serán menos vulnerables frente a las drogas. (espero te sirva) :)