Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra. Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sojuzgadla; ejerced dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra.
Quisiera reflexionar con ustedes acerca de tres enseñanzas de este texto. Una de ellas es que Dios creó al ser humano. La segunda, es que Dios nos creó a su imagen. La tercera, es que nos creó hombre y mujer.
Es posible creer estas tres verdades y no ser cristiano. Después de todo, se enseñan justamente aquí, en las Escrituras Judías. Por consiguiente, un judío que cree en las Escrituras aceptaría estas verdades. Pero aunque se puede creer estas verdades y no ser cristiano, todas apuntan al Cristianismo. Todas ruegan por la consumación que surge del trabajo de Cristo. Eso es de lo que quiero hablar, especialmente en relación con la tercera verdad –que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, como hombre y mujer.
Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra. Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sojuzgadla; ejerced dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra.
Quisiera reflexionar con ustedes acerca de tres enseñanzas de este texto. Una de ellas es que Dios creó al ser humano. La segunda, es que Dios nos creó a su imagen. La tercera, es que nos creó hombre y mujer.
Es posible creer estas tres verdades y no ser cristiano. Después de todo, se enseñan justamente aquí, en las Escrituras Judías. Por consiguiente, un judío que cree en las Escrituras aceptaría estas verdades. Pero aunque se puede creer estas verdades y no ser cristiano, todas apuntan al Cristianismo. Todas ruegan por la consumación que surge del trabajo de Cristo. Eso es de lo que quiero hablar, especialmente en relación con la tercera verdad –que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, como hombre y mujer.