En 1586, el cronista Miguel Cabello de Balboa dio a conocer, la llegada de un personaje muy importante llamado Naylamp a la costa de Lambayeque.
En 1782 el cura de Mórrope Justo Modesto Rubiños y Andrade relató la llegada de un gran señor al que llamó Ñamla en circunstancias del todo parecidas a las de Naylamp, lo cual hace suponer que se trata del mismo personaje.
De acuerdo a la narración de Cabello de Balboa, en tiempos muy remotos llegó a las costas de Lambayeque una flota de barcas, a cuyo mando iba un hombre de mucha calidad llamado Naylamp con su esposa Ceterni y una gran cantidad de concubinas. Cuarenta oficiales traía este personaje con una gran cantidad de soldados, servidores y mujeres.
La flota recaló a la entrada del río Faquisllanga, llamado más tarde Collique y luego Lambayeque.
La comitiva penetró media legua en donde se asentaron y construyeron palacios y un templo llamado Chot, en donde colocaron un ídolo que representaba a Naylamp al cual denominaron Yampallec de donde se deriva el nombre del departamento vecino.
Naylamp y su gente vivieron en paz durante muchos años y estando ya éste sumamente anciano y próximo a morir, sus parientes con el fin de mantener autoridad sobre el pueblo y sostener el origen divino del caudillo, lo enterraron secretamente en el mismo palacio, haciendo correr la voz de que había volado hacia el cielo.
Los siervos fieles que habían venido con Naylamp creyeron que este se había tras1adado con sus alas a otro lugar y salieron a buscarlo. En el asentamiento, sólo quedó la gente joven.
Al desaparecer Naylamp, el gobierno quedó al mando de su hijo mayor Cium que se casó con Zolzoloñi, el cual gobernó muchos años y tuvo doce hijos varones en su esposa legítima y en sus concubinas.
Cada hijo de Cium fue jefe de una tribu. Al sentirse próximo a morir, trató de mantener la teoría de inmortalidad de su padre, para lo cual se metió en una cueva subterránea y se dejó morir. Los sucesores de Cium fueron: Escuñain, Mascuy, Cuntipallec, Allascunti, Nofanech, Mulamuslan, Llameooll, Lapinat-cum, Acunta y Fampellec. En este relato hay similitud con las 12 tribus de Israel que menciona la Biblia.
Todos gobernaron breve tiempo por que se sometieron a intensos ayunos. EL último rey decidió trasladar la población a otro lugar, siendo tentado por el demonio bajo la forma de una bella mujer, con la cual tuyo ayuntamiento carnal. Tras este pecado se desató un diluvio en la región que duró treinta días y tras de eso vino un período de un año de esterilidad y hambre.
Los sacerdotes, sublevaron al pueblo contra el rey indigno, lo capturaron y atado de pies y manos fue arrojado al mar.
Al quedar sin rey, los lambayecanos fueron conquistados por el Chimu-Capac del Gran Chimú que les puso como monarca a Pongmassa que gobernó varios años y dejó como sucesor a Oxa, que fue reducido a la obediencia por los Incas.
Los sucesores de Oxa fueron: Llempisán, Chullumpisan, Cipromarca y Fellempisan, siendo hermanos los tres últimos. Luego siguen Efquempisan y por último Sec-Fum-Pisan, en cuyo período llegó Pizarro.
En 1586, el cronista Miguel Cabello de Balboa dio a conocer, la llegada de un personaje muy importante llamado Naylamp a la costa de Lambayeque.
En 1782 el cura de Mórrope Justo Modesto Rubiños y Andrade relató la llegada de un gran señor al que llamó Ñamla en circunstancias del todo parecidas a las de Naylamp, lo cual hace suponer que se trata del mismo personaje.
De acuerdo a la narración de Cabello de Balboa, en tiempos muy remotos llegó a las costas de Lambayeque una flota de barcas, a cuyo mando iba un hombre de mucha calidad llamado Naylamp con su esposa Ceterni y una gran cantidad de concubinas. Cuarenta oficiales traía este personaje con una gran cantidad de soldados, servidores y mujeres.
La flota recaló a la entrada del río Faquisllanga, llamado más tarde Collique y luego Lambayeque.
La comitiva penetró media legua en donde se asentaron y construyeron palacios y un templo llamado Chot, en donde colocaron un ídolo que representaba a Naylamp al cual denominaron Yampallec de donde se deriva el nombre del departamento vecino.
Naylamp y su gente vivieron en paz durante muchos años y estando ya éste sumamente anciano y próximo a morir, sus parientes con el fin de mantener autoridad sobre el pueblo y sostener el origen divino del caudillo, lo enterraron secretamente en el mismo palacio, haciendo correr la voz de que había volado hacia el cielo.
Los siervos fieles que habían venido con Naylamp creyeron que este se había tras1adado con sus alas a otro lugar y salieron a buscarlo. En el asentamiento, sólo quedó la gente joven.
Al desaparecer Naylamp, el gobierno quedó al mando de su hijo mayor Cium que se casó con Zolzoloñi, el cual gobernó muchos años y tuvo doce hijos varones en su esposa legítima y en sus concubinas.
Cada hijo de Cium fue jefe de una tribu. Al sentirse próximo a morir, trató de mantener la teoría de inmortalidad de su padre, para lo cual se metió en una cueva subterránea y se dejó morir. Los sucesores de Cium fueron: Escuñain, Mascuy, Cuntipallec, Allascunti, Nofanech, Mulamuslan, Llameooll, Lapinat-cum, Acunta y Fampellec. En este relato hay similitud con las 12 tribus de Israel que menciona la Biblia.
Todos gobernaron breve tiempo por que se sometieron a intensos ayunos. EL último rey decidió trasladar la población a otro lugar, siendo tentado por el demonio bajo la forma de una bella mujer, con la cual tuyo ayuntamiento carnal. Tras este pecado se desató un diluvio en la región que duró treinta días y tras de eso vino un período de un año de esterilidad y hambre.
Los sacerdotes, sublevaron al pueblo contra el rey indigno, lo capturaron y atado de pies y manos fue arrojado al mar.
Al quedar sin rey, los lambayecanos fueron conquistados por el Chimu-Capac del Gran Chimú que les puso como monarca a Pongmassa que gobernó varios años y dejó como sucesor a Oxa, que fue reducido a la obediencia por los Incas.
Los sucesores de Oxa fueron: Llempisán, Chullumpisan, Cipromarca y Fellempisan, siendo hermanos los tres últimos. Luego siguen Efquempisan y por último Sec-Fum-Pisan, en cuyo período llegó Pizarro.