Horacio Oliveira recorre infructuosamente las calles de París buscando, desesperado a la Maga. Mientras lo hace, evoca los comienzos de su relación amorosa, el primer encuentro en un café, las correrías callejeras, la vida en común y las dudas que ya entonces lo atormentaban. Oliveira teme reconocer en el hijo de la Maga, Rocamadour, un obstáculo mayor que el planteado por sus intentos fallidos por comprender a su amante. La realidad es que las dificultades que Horacio Oliveira encuentra están construidas por su propia inteligencia.
Estos cuatro capítulos relatan el idilio erótico que corre paralela y simultáneamente con los episodios narrados anteriormente: el primer encuentro en un hotel, la progresiva entrega de los amantes a medida que se sucede la lista de hoteles, hasta la apoteosis del amor, tierno y agresivo a la vez, que al fin conquistan y que a pesar de todo crea en Oliveira nuevos fantasmas, el miedo a que la Maga pierda su libertad por amarlo a él demasiado, llegando a sacrificar su identidad por él. H Horacio Oliveira se siente como el pez solitario en cuya pecera han colocado un espejo para distraer su desamparo. El erotismo le procura un refugio temporal, pues, sus ritos, la intimidad se ve avasallada nuevamente por el análisis disgregador.
CAPÍTULOS 1-4:
Horacio Oliveira recorre infructuosamente las calles de París buscando, desesperado a la Maga. Mientras lo hace, evoca los comienzos de su relación amorosa, el primer encuentro en un café, las correrías callejeras, la vida en común y las dudas que ya entonces lo atormentaban. Oliveira teme reconocer en el hijo de la Maga, Rocamadour, un obstáculo mayor que el planteado por sus intentos fallidos por comprender a su amante. La realidad es que las dificultades que Horacio Oliveira encuentra están construidas por su propia inteligencia.
Estos cuatro capítulos relatan el idilio erótico que corre paralela y simultáneamente con los episodios narrados anteriormente: el primer encuentro en un hotel, la progresiva entrega de los amantes a medida que se sucede la lista de hoteles, hasta la apoteosis del amor, tierno y agresivo a la vez, que al fin conquistan y que a pesar de todo crea en Oliveira nuevos fantasmas, el miedo a que la Maga pierda su libertad por amarlo a él demasiado, llegando a sacrificar su identidad por él. H Horacio Oliveira se siente como el pez solitario en cuya pecera han colocado un espejo para distraer su desamparo. El erotismo le procura un refugio temporal, pues, sus ritos, la intimidad se ve avasallada nuevamente por el análisis disgregador.
ojala te ayude,