En una mañana de diciembre muy fria, Jovana de despertó y estaba por nevar. Se levanto y se vistió de prisa y fue a jugar a una calle muy contenta y feliz, y derepente miró y vió un niño llorando, y ella lo dice: -Porqué estas llorando ?, el niño responde porque tengo frio no tengo que comer y nadie me quiere, Jovana lo dice, no estes triste ven conmigo, yo te dare de comer te bestiré vive para siempre em mi casa. Voy a pedir a mi madre que que tu quedes aqui para dormir, ella fue con el niño a hablar con los padres, y los padres al final aceptaron, entonces el niño lo dice a Jovana, Tu madre y ti padre son tán simpáticos, ellos me aceptarón para quedarme en tu casa, que alegria! . Y el niño vivió con Jovana y sus padres y pasó una navidad mas feliz de su vida.
============================================ Espero te sirva saludos!!
Érase una vez una chiquita que vivía en un huerfanato en el fondo de Andalucía. Tenía casi diez años, y por muy lejos que se acuerde, nadie había venido a visitarla. Se llamaba Onelia y sus compañeras decían que siempre parecía muy triste. Las monjas no eran malas ni severas, pero no les daban pruebas de cariño, ni palabras afectuosas. Sólo hablaban de rezar, limpiar y trabajar. Onelia obedecía siempre sin quejarse, para limpiar las salas del monasterio o ayudar en la cocina. A veces, se ponía inmóvil y silenciosa delante del gran portal, por el cual había visto salir y alejarse definitivamente algunas de sus compañeras.Venían a adoptarlas familias llenas de ternura y de cariño. Se preguntaba si, en estos momentos de fin de año, y con una suerte infinita, integraría un hogar caluroso en el cual podría por fin pronunciar las palabras secretas que tan conmovían su corazón : "mamá...papá..."
Esta noche de Navidad se fue, soñadera, a su cama, mirando los copos de nieve que bailaban detrás de la ventana, y oyendo a sus compañeras que cantaban villancicos.
A la mañana siguiente, vino, inesperadamente, una monja a buscarla. La nieve se había detenido y el cielo era azul. Onelia siguió a la religiosa y llegó a un despacho, en el cual un matrimonio joven la miró entrar con una sonrisa llena de ternura. Le dijeron: -" ¿ ¡ Hola ! ¿ Cómo te llamas, chiquita, por favor ?" -"Onelia", respondió. -"Pues te llamaremos "Noelia", si aceptas vivir con nosotros y ser nuestra hija de verdad. Tu nuevo nombre es el símbolo de tu nueva vida y de un nuevo porvenir en el cual te querremos con sinceridad."
A Onelia -Noelia- le vinieron lágrimas de felicidad y se echó en los brazos de sus nuevos padres.
Año más tarde,en la misma época y en cada Navidad, invitó a sus camaradas a una merienda en su nueva casa. Era el cumpleaños más hermoso y conmovedor que había conocido desde siempre y ella ofrecía un regalito a cada una de sus antiguas compañeras.
Jovana y el niño perdido
En una mañana de diciembre muy fria, Jovana de despertó y estaba por nevar.
Se levanto y se vistió de prisa y fue a jugar a una calle muy contenta y feliz, y derepente miró y vió un niño llorando, y ella lo dice:
-Porqué estas llorando ?, el niño responde porque tengo frio no tengo que comer y nadie me quiere, Jovana lo dice, no estes triste ven conmigo, yo te dare de comer te bestiré vive para siempre em mi casa.
Voy a pedir a mi madre que que tu quedes aqui para dormir, ella fue con el niño a hablar con los padres, y los padres al final aceptaron, entonces el niño lo dice a Jovana, Tu madre y ti padre son tán simpáticos, ellos me aceptarón para quedarme en tu casa, que alegria! .
Y el niño vivió con Jovana y sus padres y pasó una navidad mas feliz de su vida.
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Espero te sirva saludos!!
Noelia
Érase una vez una chiquita que vivía en un huerfanato en el fondo de Andalucía.
Tenía casi diez años, y por muy lejos que se acuerde, nadie había venido a visitarla.
Se llamaba Onelia y sus compañeras decían que siempre parecía muy triste.
Las monjas no eran malas ni severas, pero no les daban pruebas de cariño, ni palabras afectuosas. Sólo hablaban de rezar, limpiar y trabajar.
Onelia obedecía siempre sin quejarse, para limpiar las salas del monasterio o ayudar en la cocina.
A veces, se ponía inmóvil y silenciosa delante del gran portal, por el cual había visto salir y alejarse definitivamente algunas de sus compañeras.Venían a adoptarlas familias llenas de ternura y de cariño.
Se preguntaba si, en estos momentos de fin de año, y con una suerte infinita, integraría un hogar caluroso en el cual podría por fin pronunciar las palabras secretas que tan conmovían su corazón : "mamá...papá..."
Esta noche de Navidad se fue, soñadera, a su cama, mirando los copos de nieve que bailaban detrás de la ventana, y oyendo a sus compañeras que cantaban villancicos.
A la mañana siguiente, vino, inesperadamente, una monja a buscarla. La nieve se había detenido y el cielo era azul.
Onelia siguió a la religiosa y llegó a un despacho, en el cual un matrimonio joven la miró entrar con una sonrisa llena de ternura.
Le dijeron:
-" ¿ ¡ Hola ! ¿ Cómo te llamas, chiquita, por favor ?"
-"Onelia", respondió.
-"Pues te llamaremos "Noelia", si aceptas vivir con nosotros y ser nuestra hija de verdad. Tu nuevo nombre es el símbolo de tu nueva vida y de un nuevo porvenir en el cual te querremos con sinceridad."
A Onelia -Noelia- le vinieron lágrimas de felicidad y se echó en los brazos de sus nuevos padres.
Año más tarde,en la misma época y en cada Navidad, invitó a sus camaradas a una merienda en su nueva casa.
Era el cumpleaños más hermoso y conmovedor que había conocido desde siempre y ella ofrecía un regalito a cada una de sus antiguas compañeras.