Desde muy joven, Herrán formó parte de las filas libertadoras participando en varias batallas, entre ellas la célebre de la Cuchilla del Tambo, donde fue aprehendido y condenado a muerte por los jueces realistas con varios patriotas más. No alcanzó a ser ajusticiado, y recibió conmutación de la pena por prestar servicios a los ejércitos españoles durante algunos años, hasta cuando logró reintegrarse a la lucha independentista, recibiendo de Antonio José de Sucre el grado de capitán. Participó en las campañas del sur y del Perú, también combatió en Bomboná, Junín y Ayacucho; por su conducta militar en esta última contienda recibió una distinción.
Dio lo mejor de su capacidad militar y organizativa en la guerra que el gobierno de José Ignacio de Márquez debió afrontar en 1839 y en los años siguientes para combatir el levantamiento de los pastusos ocasionado por la clausura de los conventos menores de Pasto, causa a la que se unió José María Obando y que se extendió por todo el país, suscitando la llamada guerra de los Supremos. En medio de esta contienda, Herrán fue propuesto como candidato a la Presidencia. Elegido para el período 1841-1845, lo acompañaron el general Domingo Caycedo, en calidad de vicepresidente, y el antioqueño Juan de Dios Aranzazu, como presidente del Consejo de Estado. Debido a las exigencias de la guerra, Herrán decidió ponerse al frente de la campaña en el norte. Delegó, entonces, el ejercicio ejecutivo en Aranzazu, quien lo desempeñó durante corto tiempo, y posteriormente Domingo Caycedo gobernó los destinos del Estado hasta 1842, cuando se los devolvió a Herrán. Recién posesionado en la primera magistratura del Estado, cuenta Ignacio Arizmendi Posada, el general Herrán dirigió una carta al Congreso en la que manifestaba la conveniencia de reformar la Constitución de 1832, por cuanto el observarla representaba muchas dificultades para el mantenimiento del orden público y la armonía de los poderes.
Esta nueva Carta, sancionada por el presidente Herrán el 20 de abril de 1843,y surgida después de la experiencia de la guerra civil, fortaleció el poder ejecutivo y aseguró la paz por varios años, situación inusitada y sorprendente en un país donde los enfrentamientos y guerras se sucedían casi ininterrumpidamente. El gobierno de Herrán impulsó la instrucción pública e introdujo un nuevo plan educativo, bajo la inspiración del ministro del Interior, Mariano Ospina Rodríguez; construyó el camino del Quindío, que comunicó al Valle del Cauca con la región de Mariquita; y ordenó la recopilación de la legislación granadina, adelantada por Lino de Pómbo. Además, permitió el regreso de los jesuitas y realizó un censo nacional de población.
Después de dejar la presidencia, Herrán asistió a varios congresos; fue secretario de Guerra y general en jefe del ejército; participó con éxito en la lucha contra José María Melo en 1854; y renunció a su cargo diplomático en Washington en 1860, con el fin de defender la Confederación Granadina, cuando el general Tomás Cipriano de Mosquera, suegro de Herrán, emprendió la lucha contra Mariano Ospina Rodríguez. Herrán tuvo varias diferencias con Mosquera, las cuales propiciaron su destitución pública del cargo de embajador ante el gobierno de Estados Unidos, y su baja de las filas militares. Más adelante, en 1866, Mosquera le restituyó a Herrán su grado militar. En los años siguientes desempeñó algunos cargos diplomáticos para los gobiernos de Guatemala y El Salvador, y cuando falleció, en 1872, se encontraba ejerciendo funciones de senador por el Estado de Antioquia en la capital de la República.
En el 1er y 2do párrafo están las consecuencias, espero haberte ayudado :D
Respuesta:
ok
Explicación:
que necesitas ...........
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Pedro Alcántara Herrera: Consecuencias.
Desde muy joven, Herrán formó parte de las filas libertadoras participando en varias batallas, entre ellas la célebre de la Cuchilla del Tambo, donde fue aprehendido y condenado a muerte por los jueces realistas con varios patriotas más. No alcanzó a ser ajusticiado, y recibió conmutación de la pena por prestar servicios a los ejércitos españoles durante algunos años, hasta cuando logró reintegrarse a la lucha independentista, recibiendo de Antonio José de Sucre el grado de capitán. Participó en las campañas del sur y del Perú, también combatió en Bomboná, Junín y Ayacucho; por su conducta militar en esta última contienda recibió una distinción.
Dio lo mejor de su capacidad militar y organizativa en la guerra que el gobierno de José Ignacio de Márquez debió afrontar en 1839 y en los años siguientes para combatir el levantamiento de los pastusos ocasionado por la clausura de los conventos menores de Pasto, causa a la que se unió José María Obando y que se extendió por todo el país, suscitando la llamada guerra de los Supremos. En medio de esta contienda, Herrán fue propuesto como candidato a la Presidencia. Elegido para el período 1841-1845, lo acompañaron el general Domingo Caycedo, en calidad de vicepresidente, y el antioqueño Juan de Dios Aranzazu, como presidente del Consejo de Estado. Debido a las exigencias de la guerra, Herrán decidió ponerse al frente de la campaña en el norte. Delegó, entonces, el ejercicio ejecutivo en Aranzazu, quien lo desempeñó durante corto tiempo, y posteriormente Domingo Caycedo gobernó los destinos del Estado hasta 1842, cuando se los devolvió a Herrán. Recién posesionado en la primera magistratura del Estado, cuenta Ignacio Arizmendi Posada, el general Herrán dirigió una carta al Congreso en la que manifestaba la conveniencia de reformar la Constitución de 1832, por cuanto el observarla representaba muchas dificultades para el mantenimiento del orden público y la armonía de los poderes.
Esta nueva Carta, sancionada por el presidente Herrán el 20 de abril de 1843,y surgida después de la experiencia de la guerra civil, fortaleció el poder ejecutivo y aseguró la paz por varios años, situación inusitada y sorprendente en un país donde los enfrentamientos y guerras se sucedían casi ininterrumpidamente. El gobierno de Herrán impulsó la instrucción pública e introdujo un nuevo plan educativo, bajo la inspiración del ministro del Interior, Mariano Ospina Rodríguez; construyó el camino del Quindío, que comunicó al Valle del Cauca con la región de Mariquita; y ordenó la recopilación de la legislación granadina, adelantada por Lino de Pómbo. Además, permitió el regreso de los jesuitas y realizó un censo nacional de población.
Después de dejar la presidencia, Herrán asistió a varios congresos; fue secretario de Guerra y general en jefe del ejército; participó con éxito en la lucha contra José María Melo en 1854; y renunció a su cargo diplomático en Washington en 1860, con el fin de defender la Confederación Granadina, cuando el general Tomás Cipriano de Mosquera, suegro de Herrán, emprendió la lucha contra Mariano Ospina Rodríguez. Herrán tuvo varias diferencias con Mosquera, las cuales propiciaron su destitución pública del cargo de embajador ante el gobierno de Estados Unidos, y su baja de las filas militares. Más adelante, en 1866, Mosquera le restituyó a Herrán su grado militar. En los años siguientes desempeñó algunos cargos diplomáticos para los gobiernos de Guatemala y El Salvador, y cuando falleció, en 1872, se encontraba ejerciendo funciones de senador por el Estado de Antioquia en la capital de la República.
En el 1er y 2do párrafo están las consecuencias, espero haberte ayudado :D