andreag123Al principio Veintimilla impuso una férrea dictadura, que en 1878 intentó legitimar disfrazándola de gobierno constitucional. Pero poco le duró al general su vena democrática y en 1882, justo cuando se discutía sobre quién iba a ser susucesor, dio un segundo golpe de Estado y continuó en el poder, aunque sólo por un año más. En 1883 Ignacio de Veintimilla consiguió lo que no había logrado nadie en la breve historia del Ecuador: la unión de liberales, conservadores y progresistas. Un heterogéneo ejército de exiliados, provenientes del Perú y apoyados por el pueblo, consiguió recuperar la ciudad de Quito y expulsar de allí al dictador.Pero Veintimilla no había dicho su última palabra. Tras salir de la capital se estableció en Guayaquil, de donde sólo puedo ser desalojado meses más tarde. Veintimilla se fue a Perú, en un exilio que duraría hasta su muerte, pero no sin antes saquear el Banco del Ecuador. Con este último acto de latrocinio le daba la razón a Montalvo, quien le pondría su nombre a un ladrón en su obra póstuma Capítulos que se le olvidaron a Cervantes (1895). El periodo de la Historia de Ecuador que afecta directamente a Las Catilinarias termina con la convocatoria de unas elecciones en las que se van a imponer los progresistas. Todos estos hechos históricos aparecen constantemente en Las Catilinarias, aunque lo suelen hacer de soslayo, como telón de fondo. Los ensayos de Montalvo son una minuciosa descripción de la sociedad ecuatoriana de la época y de algunos de sus políticos más destacados.Más que escritor fue un pensador político, que se sirvió de sus ensayos y de sus artículos en prensa para participar en la política ecuatoriana.Su pensamiento es de tendencias liberales y se opuso al clero y a los conservadores, aunque el verdadero objetivo de su pluma fue la figura del dictador, encarnada primero por García Moreno y después por Ignacio Veintimilla. Volcaba su gran cultura en sus escritos, que llenaba de referencias a otras obras literarias.
En 1883 Ignacio de Veintimilla consiguió lo que no había logrado nadie en la breve historia del Ecuador: la unión de liberales, conservadores y progresistas. Un heterogéneo ejército de exiliados, provenientes del Perú y apoyados por el pueblo, consiguió recuperar la ciudad de Quito y expulsar de allí al dictador.Pero Veintimilla no había dicho su última palabra. Tras salir de la capital se estableció en Guayaquil, de donde sólo puedo ser desalojado meses más tarde. Veintimilla se fue a Perú, en un exilio que duraría hasta su muerte, pero no sin antes saquear el Banco del Ecuador. Con este último acto de latrocinio le daba la razón a Montalvo, quien le pondría su nombre a un ladrón en su obra póstuma Capítulos que se le olvidaron a Cervantes (1895). El periodo de la Historia de Ecuador que afecta directamente a Las Catilinarias termina con la convocatoria de unas elecciones en las que se van a imponer los progresistas. Todos estos hechos históricos aparecen constantemente en Las Catilinarias, aunque lo suelen hacer de soslayo, como telón de fondo.
Los ensayos de Montalvo son una minuciosa descripción de la sociedad ecuatoriana de la época y de algunos de sus políticos más destacados.Más que escritor fue un pensador político, que se sirvió de sus ensayos y de sus artículos en prensa para participar en la política ecuatoriana.Su pensamiento es de tendencias liberales y se opuso al clero y a los conservadores, aunque el verdadero objetivo de su pluma fue la figura del dictador, encarnada primero por García Moreno y después por Ignacio Veintimilla. Volcaba su gran cultura en sus escritos, que llenaba de referencias a otras obras literarias.