En nuestro planeta conviven una gran cantidad de seres vivos. Algunos, como por ejemplo
las ballenas y los elefantes, son inmensos; otros, en cambio, son tan pequeños que ni
siquiera podemos verlos sin la ayuda de algún instrumento, como una lupa o un
microscopio. Estos seres diminutos se llaman microorganismos, y aunque no nos demos
cuenta, están en todas partes.
Y nunca hubieramos descubierto las celulas.
Con un microscopio podemos ver las células e incluso podemos llegar a ver estructuras celulares internas como las mitocondrias (que de media son unos 2 µm), pero ver elementos más pequeños, como ribosomas o (0´2 µm) proteínas (unos 2 nm).
Y aunque algunos no nos puedan mostrar eso; nos pueden enseñar detalles minimos he imbicibles al ojo humano de las cosas diarias por ejemplo.
En nuestro planeta conviven una gran cantidad de seres vivos. Algunos, como por ejemplo
las ballenas y los elefantes, son inmensos; otros, en cambio, son tan pequeños que ni
siquiera podemos verlos sin la ayuda de algún instrumento, como una lupa o un
microscopio. Estos seres diminutos se llaman microorganismos, y aunque no nos demos
cuenta, están en todas partes.
Y nunca hubieramos descubierto las celulas.
Con un microscopio podemos ver las células e incluso podemos llegar a ver estructuras celulares internas como las mitocondrias (que de media son unos 2 µm), pero ver elementos más pequeños, como ribosomas o (0´2 µm) proteínas (unos 2 nm).
Y aunque algunos no nos puedan mostrar eso; nos pueden enseñar detalles minimos he imbicibles al ojo humano de las cosas diarias por ejemplo.