Hay un refrán que dice que “el agua siempre vuelve a su cauce”, es decir que por mucho que los seres humanos, ante la necesidad de crecer y el afán de usar terrenos donde han sido cauce natural del agua, en temporadas de lluvia, siempre el agua volverá a su cauce original. Debido al desarrollo de los núcleos urbanos, a su crecimiento territorial y también a la especulación, nos hemos apropiado y hemos querido ejercer una posición de poder sobre la naturaleza, transformando el entorno natural sin pensar en la fuerza y el comportamiento del agua.
Una de las expresiones más frecuentes, cuando un profano en cuestiones de ingeniería quiere explicar algún desaguisado de los muchos que por otra parte se pueden constar, y que tienen que ver con los movimientos del agua, es precisamente ese, o sea que irremediablemente el agua busca su nivel. Eso es lo que sucede cuando, en un terreno empinado, quien edifica en la “cima” ve cortada la salida del agua de lluvia, porque se lo impide una obra construida por su vecino lindero de la otra “sima”, o sea la de abajo.
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Hay un refrán que dice que “el agua siempre vuelve a su cauce”, es decir que por mucho que los seres humanos, ante la necesidad de crecer y el afán de usar terrenos donde han sido cauce natural del agua, en temporadas de lluvia, siempre el agua volverá a su cauce original. Debido al desarrollo de los núcleos urbanos, a su crecimiento territorial y también a la especulación, nos hemos apropiado y hemos querido ejercer una posición de poder sobre la naturaleza, transformando el entorno natural sin pensar en la fuerza y el comportamiento del agua.
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Una de las expresiones más frecuentes, cuando un profano en cuestiones de ingeniería quiere explicar algún desaguisado de los muchos que por otra parte se pueden constar, y que tienen que ver con los movimientos del agua, es precisamente ese, o sea que irremediablemente el agua busca su nivel. Eso es lo que sucede cuando, en un terreno empinado, quien edifica en la “cima” ve cortada la salida del agua de lluvia, porque se lo impide una obra construida por su vecino lindero de la otra “sima”, o sea la de abajo.