El sobrenombre es una forma aparentemente cariñosa de agredir y discriminar; significa el intento de rebajar al otro a la altura del que se atreve a etiquetarlo, subrayando usualmente una falla, un defecto o una característica física anormal, expresando la disposición de no considerarlo digno de ser llamado por su propio nombre.
Un sobrenombre puede acompañar a una persona hasta su tumba, porque se seguirá llamando “chiquito” aunque sea grande, “gordo” aunque haya adelgazado, “petiso” aunque haya crecido normalmente, negra aunque sea blanca, vieja aunque sea joven.
Los sobrenombres en general degradan e intentan poner a la víctima en ridículo.
El sobrenombre es una forma aparentemente cariñosa de agredir y discriminar; significa el intento de rebajar al otro a la altura del que se atreve a etiquetarlo, subrayando usualmente una falla, un defecto o una característica física anormal, expresando la disposición de no considerarlo digno de ser llamado por su propio nombre.
Un sobrenombre puede acompañar a una persona hasta su tumba, porque se seguirá llamando “chiquito” aunque sea grande, “gordo” aunque haya adelgazado, “petiso” aunque haya crecido normalmente, negra aunque sea blanca, vieja aunque sea joven.
Los sobrenombres en general degradan e intentan poner a la víctima en ridículo.