Por qué razón se considera el derecho al voto de la mujer como un logro en la búsqueda de equidad de género
jennifereve15
México era uno antes de 1953 y es otro después de ese año, cuando se reconoció oficialmente el derecho de las mujeres a elegir a sus gobernantes y a ser electas, pero ese reconocimiento no fue un obsequio ni una concesión, sino el resultado de movimientos universales y locales a favor de la equidad de género.
El sufragio femenino significa también el reconocimiento a la igualdad en la participación política, el que cada mujer pueda decidir sobre su vida, y además acepta la posibilidad de la elección de mujeres para estar en cargos de representación pública, derecho ejercido anteriormente sólo por hombres, a pesar de que la representación proporcional es en promedio del 50 por ciento.
La lucha femenina por el derecho al voto en el mundo inicia a fines de 1700 con la inglesa Mary Wollstone Craft, y más tarde la retoma en 1789, en Francia, Olympe Gouges; ella exigió la eliminación de esta forma de discriminación, recibiendo como respuesta que las mujeres debían hacer honor a su verdadera naturaleza: la maternidad, argumentando que ellas no tenían la lógica y la fuerza suficientes para asumir la responsabilidad de elegir.
En América, el movimiento en favor del voto femenino comenzó en 1848 durante la Convención de los Derechos de la Mujer, efectuada en Séneca Falls, New Cork, que se originó por la exclusión del voto a las mujeres en la décima quinta Enmienda Constitucional de 1870, en la que se amplío el voto a los negros varones.
La lucha femenina en México da sus primeras manifestaciones importantes durante los años 1884 y 1887, cuando por primera vez una publicación, la revista femenina Violetas del Anáhuac, fundada y dirigida por Laureana Wright González y escrita solamente por mujeres, demandó el sufragio femenino.
Hacia 1910, diversas asociaciones se unen a Madero, entre ellas el club femenil antireeleccionista "Las Hijas de Cuauhtémoc". Poco tiempo después, las integrantes del club protestan por el fraude en las elecciones y demandan la participación política de las mujeres mexicanas.
El sufragio femenino significa también el reconocimiento a la igualdad en la participación política, el que cada mujer pueda decidir sobre su vida, y además acepta la posibilidad de la elección de mujeres para estar en cargos de representación pública, derecho ejercido anteriormente sólo por hombres, a pesar de que la representación proporcional es en promedio del 50 por ciento.
La lucha femenina por el derecho al voto en el mundo inicia a fines de 1700 con la inglesa Mary Wollstone Craft, y más tarde la retoma en 1789, en Francia, Olympe Gouges; ella exigió la eliminación de esta forma de discriminación, recibiendo como respuesta que las mujeres debían hacer honor a su verdadera naturaleza: la maternidad, argumentando que ellas no tenían la lógica y la fuerza suficientes para asumir la responsabilidad de elegir.
En América, el movimiento en favor del voto femenino comenzó en 1848 durante la Convención de los Derechos de la Mujer, efectuada en Séneca Falls, New Cork, que se originó por la exclusión del voto a las mujeres en la décima quinta Enmienda Constitucional de 1870, en la que se amplío el voto a los negros varones.
La lucha femenina en México da sus primeras manifestaciones importantes durante los años 1884 y 1887, cuando por primera vez una publicación, la revista femenina Violetas del Anáhuac, fundada y dirigida por Laureana Wright González y escrita solamente por mujeres, demandó el sufragio femenino.
Hacia 1910, diversas asociaciones se unen a Madero, entre ellas el club femenil antireeleccionista "Las Hijas de Cuauhtémoc". Poco tiempo después, las integrantes del club protestan por el fraude en las elecciones y demandan la participación política de las mujeres mexicanas.