Mi idea no era volver de esta forma, Yo quería ver a mis hijos en el muelle de la Dársena Norte, con los pañuelos agitando y la misión cumplida." El sueño trunco de Martín Tejeda, uno de los 281 marinos de la Fragata Libertad que arribaron anteanoche al aeropuerto de Ezeiza, refleja el estado de ánimo de la tripulación que debió abandonar el buque escuela de la Armada.
La tristeza de Tejeda, que tiene 35 años y lleva 17 en la Armada, impidió que pudiera disfrutar en plenitud del primer encuentro con su hijo menor, que nació durante el viaje y al que conoció en el aeropuerto.
Mi idea no era volver de esta forma, Yo quería ver a mis hijos en el muelle de la Dársena Norte, con los pañuelos agitando y la misión cumplida." El sueño trunco de Martín Tejeda, uno de los 281 marinos de la Fragata Libertad que arribaron anteanoche al aeropuerto de Ezeiza, refleja el estado de ánimo de la tripulación que debió abandonar el buque escuela de la Armada.
La tristeza de Tejeda, que tiene 35 años y lleva 17 en la Armada, impidió que pudiera disfrutar en plenitud del primer encuentro con su hijo menor, que nació durante el viaje y al que conoció en el aeropuerto.