Al sentir la sensación de frío, se produce un aumento rápido y fuerte del flujo sanguíneo al cerebro, ello a través de la dilatación de la arteria cerebral anterior, activando el dolor mediante el nervio trigeminal, que envía señales dolorosas en la zona anterior de la frente.
Ese cambio tan rápido provoca el dolor de cabeza casi instantáneo que sufrimos al beber algo frío y que, una vez que el flujo se normaliza, cede. Por suerte, la normalización se produce de manera veloz.
Al sentir la sensación de frío, se produce un aumento rápido y fuerte del flujo sanguíneo al cerebro, ello a través de la dilatación de la arteria cerebral anterior, activando el dolor mediante el nervio trigeminal, que envía señales dolorosas en la zona anterior de la frente.
Ese cambio tan rápido provoca el dolor de cabeza casi instantáneo que sufrimos al beber algo frío y que, una vez que el flujo se normaliza, cede. Por suerte, la normalización se produce de manera veloz.