Todo el mundo tiene sus patrones característicos de percepción y de relación con otras personas y ante las diferentes situaciones de estrés. Por ejemplo, algunas personas responden a una situación problemática solicitando ayuda de otras personas. Otras prefieren enfrentarse a los problemas por sí mismas. Algunas minimizan los problemas. Otras los exageran. Sin embargo, si sus patrones característicos de comportamiento son ineficaces o tienen consecuencias negativas, las personas mentalmente sanas tienden a probar enfoques alternativos. En contraste, los sujetos con un trastorno de la personalidad no modifican sus patrones de respuesta, incluso cuando estos patrones son repetidamente ineficaces y sus consecuencias son negativas. Estos patrones se denominan patrones de mala adaptación, porque la gente no se ajusta (adapta) como las circunstancias lo requieren. Los patrones de mala adaptación varían en su gravedad y en su duración. En la mayoría de los pacientes con un trastorno de la personalidad, el trastorno causa problemas moderados. Sin embargo, algunos padecen graves problemas sociales y psicológicos durante toda su vida.
Alrededor del 13% de la población sufre un trastorno de la personalidad. Generalmente afectan a hombres y mujeres por igual, aunque algunos tipos específicos afectan a un sexo más que al otro. Los trastornos de la personalidad resultan de la interacción de los genes y el ambiente. Es decir, algunas personas nacen con una tendencia genética a padecer un trastorno de la personalidad, y esta tendencia disminuye o aumenta en función de los factores ambientales. Generalmente, los genes y el ambiente contribuyen aproximadamente por igual al desarrollo de los trastornos de la personalidad.
La mayoría de los pacientes que presentan un trastorno de la personalidad sienten un malestar subjetivo y tienen problemas en las relaciones laborales y en las distintas situaciones sociales.
Respuesta:
Todo el mundo tiene sus patrones característicos de percepción y de relación con otras personas y ante las diferentes situaciones de estrés. Por ejemplo, algunas personas responden a una situación problemática solicitando ayuda de otras personas. Otras prefieren enfrentarse a los problemas por sí mismas. Algunas minimizan los problemas. Otras los exageran. Sin embargo, si sus patrones característicos de comportamiento son ineficaces o tienen consecuencias negativas, las personas mentalmente sanas tienden a probar enfoques alternativos. En contraste, los sujetos con un trastorno de la personalidad no modifican sus patrones de respuesta, incluso cuando estos patrones son repetidamente ineficaces y sus consecuencias son negativas. Estos patrones se denominan patrones de mala adaptación, porque la gente no se ajusta (adapta) como las circunstancias lo requieren. Los patrones de mala adaptación varían en su gravedad y en su duración. En la mayoría de los pacientes con un trastorno de la personalidad, el trastorno causa problemas moderados. Sin embargo, algunos padecen graves problemas sociales y psicológicos durante toda su vida.
Alrededor del 13% de la población sufre un trastorno de la personalidad. Generalmente afectan a hombres y mujeres por igual, aunque algunos tipos específicos afectan a un sexo más que al otro. Los trastornos de la personalidad resultan de la interacción de los genes y el ambiente. Es decir, algunas personas nacen con una tendencia genética a padecer un trastorno de la personalidad, y esta tendencia disminuye o aumenta en función de los factores ambientales. Generalmente, los genes y el ambiente contribuyen aproximadamente por igual al desarrollo de los trastornos de la personalidad.
La mayoría de los pacientes que presentan un trastorno de la personalidad sienten un malestar subjetivo y tienen problemas en las relaciones laborales y en las distintas situaciones sociales.