Si bien como adultos no tenemos branquias, los embriones de todos los vertebrados terrestres muestran hendiduras branquiales (homólogas a las de los peces) en algún momento, y lejos de desaparecer acaban transformándose en estructuras concretas en un proceso paralelo al de la evolución. En el dibujo aparecen destacadas en morado.
Si bien como adultos no tenemos branquias, los embriones de todos los vertebrados terrestres muestran hendiduras branquiales (homólogas a las de los peces) en algún momento, y lejos de desaparecer acaban transformándose en estructuras concretas en un proceso paralelo al de la evolución. En el dibujo aparecen destacadas en morado.