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Porque necesitan luz solar para realizar el proceso de fotosíntesis y alimentarse, además en sus flores se forman las semillas y con mayor razón necesitan luz. la respuesta está en los ritmos circadianos, el reloj interno de los girasoles. Crecimiento desigual Gracias a una serie de experimentos, los biólogos descubrieron que una parte del tallo de los girasoles se estira durante el día y otra lo hace durante la noche.Los científicos colocaron algunos girasoles en macetas, obligándolos a mirar hacia el este por la tarde. En otros casos inmovilizaron el tallo, haciéndole imposible su giro. Y en otros les crearon ciclos diarios de 30 horas, en lugar de 24. Como consecuencia, los girasoles afectados perdieron hasta un 10% de su biomasa y el tamaño de sus hojas quedó visiblemente reducido. Y es que, aunque la presencia de luz es fundamental, es el ritmo circadiano es realmente lo que determina cuándo gira el girasol (y cuándo deja de hacerlo), anticipando, de alguna forma, la llegada del Sol. Este movimiento -que los científicos llaman heliotropismo- favorece que las plantas crezcan más.
El colorido y letal desierto donde los científicos buscan los extremos de la vida Se trata de un sistema muy eficiente para su desarrollo, pues les permite aprovechar la luz del Sol al máximo, vital en su fotosíntesis, al tiempo que fomenta la producción de auxina, su "hormona del crecimiento".Sin embargo, ser mayores tiene sus ventajas al menos en el caso de los girasoles. Al asentarse, estas flores desprenden un calor adicional, el cual las hace más atractivas para los insectos polinizadores. Y la polinización, a su vez, le permitirá a ese girasol "viejo" reproducirse, perpetuando su especie y comenzando, de nuevo, su baile en busca del Sol.
Crecimiento desigual
Gracias a una serie de experimentos, los biólogos descubrieron que una parte del tallo de los girasoles se estira durante el día y otra lo hace durante la noche.Los científicos colocaron algunos girasoles en macetas, obligándolos a mirar hacia el este por la tarde.
En otros casos inmovilizaron el tallo, haciéndole imposible su giro. Y en otros les crearon ciclos diarios de 30 horas, en lugar de 24.
Como consecuencia, los girasoles afectados perdieron hasta un 10% de su biomasa y el tamaño de sus hojas quedó visiblemente reducido.
Y es que, aunque la presencia de luz es fundamental, es el ritmo circadiano es realmente lo que determina cuándo gira el girasol (y cuándo deja de hacerlo), anticipando, de alguna forma, la llegada del Sol. Este movimiento -que los científicos llaman heliotropismo- favorece que las plantas crezcan más.
El colorido y letal desierto donde los científicos buscan los extremos de la vida
Se trata de un sistema muy eficiente para su desarrollo, pues les permite aprovechar la luz del Sol al máximo, vital en su fotosíntesis, al tiempo que fomenta la producción de auxina, su "hormona del crecimiento".Sin embargo, ser mayores tiene sus ventajas al menos en el caso de los girasoles.
Al asentarse, estas flores desprenden un calor adicional, el cual las hace más atractivas para los insectos polinizadores.
Y la polinización, a su vez, le permitirá a ese girasol "viejo" reproducirse, perpetuando su especie y comenzando, de nuevo, su baile en busca del Sol.