No nos cansaremos de decir que la Edad Media es un período rico en detalles y matices, alejado de los estereotipos que muchos le atribuyen. No fue, en absoluto, una fase oscura y tenebrosa supeditada a la superstición y a la autarquía. Especialmente la Baja Edad Media es uno de los períodos más interesantes de estudiar porque será entonces cuando empiecen a construirse los cimientos que luego sostendrán al Renacimiento. Tampoco se deben obviar los rasgos que “oscurecen” a esta época cuya generalización ha ensombrecido, sin embargo, a otros elementos que poco a poco empiezan a ser puestos en perspectiva.
Entre los trabajos que ayudan a mostrar con mayor claridad el carácter poliédrico del Medievo encontramos la (ya clásica) obra de Jacques Le Goff, Mercaderes y banqueros de la Edad Media* en la que, a partir del examen de un grupo social muy específico, el autor nos describe un mundo mucho más complejo del que podríamos imaginar.
El protagonista indiscutible del libro no tiene rostro pero sí unas características bien definidas que el propio historiador francés reconoce en la introducción: “Así pues, a quienes queremos presentar es a los negociatores, a los mercatores. Hombres de negocios, se les ha llamado, y la expresión es excelente, puesto que manifiesta la amplitud y la complejidad de sus intereses: comercio, propiamente dicho, operaciones financieras de todo orden, especulación, inversiones inmobiliarias y en bienes raíces. Para nombrarles nos hemos limitado aquí a evocar los dos polos de su actividad: el comercio y la banca“. Precisa a continuación Le Goff las limitaciones de su estudio: centrado en la Europa cristiana; analiza no el “comercio” como actividad sino las personas dedicadas a él; sacrifica a los pequeños mercaderes en detrimento de los personajes de primera magnitud; mayor atención a la Baja Edad Media y exposición sistemática de las características más destacadas de los protagonistas de la obra.
PANORAMINCA FLORENCIAEl autor, representante destacado de la tercera generación de la Escuela de los Annales, la denominada “nueva historia” (cuyo objetivo es integrar lo individual con lo colectivo, lo político con lo social, económico y cultural), busca situar “[…] entre las figuras que permiten comprender a la cristiandad medieval, entre esos “estados del mundo” que el pesimismo de la Edad Media moribunda arrastrará a la Danza Macabra, y al lado del caballero, del monje, del universitario, del campesino, al mercader que hizo historia como ellos y con ellos, y también con otros, que esperamos que un día obtengan el ‘derecho a la historia’, según la acertada expresión de Lucien Febvre“.
Mercaderes y banqueros de la Edad Media
No nos cansaremos de decir que la Edad Media es un período rico en detalles y matices, alejado de los estereotipos que muchos le atribuyen. No fue, en absoluto, una fase oscura y tenebrosa supeditada a la superstición y a la autarquía. Especialmente la Baja Edad Media es uno de los períodos más interesantes de estudiar porque será entonces cuando empiecen a construirse los cimientos que luego sostendrán al Renacimiento. Tampoco se deben obviar los rasgos que “oscurecen” a esta época cuya generalización ha ensombrecido, sin embargo, a otros elementos que poco a poco empiezan a ser puestos en perspectiva.
Entre los trabajos que ayudan a mostrar con mayor claridad el carácter poliédrico del Medievo encontramos la (ya clásica) obra de Jacques Le Goff, Mercaderes y banqueros de la Edad Media* en la que, a partir del examen de un grupo social muy específico, el autor nos describe un mundo mucho más complejo del que podríamos imaginar.
El protagonista indiscutible del libro no tiene rostro pero sí unas características bien definidas que el propio historiador francés reconoce en la introducción: “Así pues, a quienes queremos presentar es a los negociatores, a los mercatores. Hombres de negocios, se les ha llamado, y la expresión es excelente, puesto que manifiesta la amplitud y la complejidad de sus intereses: comercio, propiamente dicho, operaciones financieras de todo orden, especulación, inversiones inmobiliarias y en bienes raíces. Para nombrarles nos hemos limitado aquí a evocar los dos polos de su actividad: el comercio y la banca“. Precisa a continuación Le Goff las limitaciones de su estudio: centrado en la Europa cristiana; analiza no el “comercio” como actividad sino las personas dedicadas a él; sacrifica a los pequeños mercaderes en detrimento de los personajes de primera magnitud; mayor atención a la Baja Edad Media y exposición sistemática de las características más destacadas de los protagonistas de la obra.
PANORAMINCA FLORENCIAEl autor, representante destacado de la tercera generación de la Escuela de los Annales, la denominada “nueva historia” (cuyo objetivo es integrar lo individual con lo colectivo, lo político con lo social, económico y cultural), busca situar “[…] entre las figuras que permiten comprender a la cristiandad medieval, entre esos “estados del mundo” que el pesimismo de la Edad Media moribunda arrastrará a la Danza Macabra, y al lado del caballero, del monje, del universitario, del campesino, al mercader que hizo historia como ellos y con ellos, y también con otros, que esperamos que un día obtengan el ‘derecho a la historia’, según la acertada expresión de Lucien Febvre“.
Explicación:espero que te ayude =)