¿De qué está hecho tu cuerpo? Quizás primero pienses que está hecho de órganos diferentes, tales como tu corazón, pulmones y estómago, que trabajan juntos para hacerlo funcionar. O tal vez te adentres un poco más y digas que tu cuerpo se conforma de muchos tipos de células distintos. Sin embargo, en el nivel más básico, tu cuerpo -y de hecho todo lo vivo y lo no vivo- está formado de átomos que con frecuencia están organizados en estructuras más grandes llamadas moléculas.
Los átomos y las moléculas siguen las reglas de la química y la física aun cuando forman parte de un complejo ser vivo que respira. Si aprendiste en química que algunos átomos tienden a ganar o perder electrones, o a formar enlaces entre ellos, eso sigue siendo cierto incluso cuando los átomos o moléculas forman parte de un organismo vivo. De hecho, las interacciones sencillas entre átomos –llevadas a cabo muchas veces y en muchas combinaciones diferentes en una célula individual o en un organismo más grande– son las que hacen posible la vida. Podríamos decir que todo lo que eres, incluso tu consciencia, es el producto secundario de las interacciones químicas y eléctricas entre ¡una cantidad muy, muy grande de átomos no vivientes!
Respuesta:
Introducción
¿De qué está hecho tu cuerpo? Quizás primero pienses que está hecho de órganos diferentes, tales como tu corazón, pulmones y estómago, que trabajan juntos para hacerlo funcionar. O tal vez te adentres un poco más y digas que tu cuerpo se conforma de muchos tipos de células distintos. Sin embargo, en el nivel más básico, tu cuerpo -y de hecho todo lo vivo y lo no vivo- está formado de átomos que con frecuencia están organizados en estructuras más grandes llamadas moléculas.
Los átomos y las moléculas siguen las reglas de la química y la física aun cuando forman parte de un complejo ser vivo que respira. Si aprendiste en química que algunos átomos tienden a ganar o perder electrones, o a formar enlaces entre ellos, eso sigue siendo cierto incluso cuando los átomos o moléculas forman parte de un organismo vivo. De hecho, las interacciones sencillas entre átomos –llevadas a cabo muchas veces y en muchas combinaciones diferentes en una célula individual o en un organismo más grande– son las que hacen posible la vida. Podríamos decir que todo lo que eres, incluso tu consciencia, es el producto secundario de las interacciones químicas y eléctricas entre ¡una cantidad muy, muy grande de átomos no vivientes!