En nuestro programa anterior conversamos sobre el valor de la tradición y dijimos que ella representaba la natural continuidad por donde una generación transmite a otra los valores, las virtudes y los conocimientos que ella misma recibió de la anterior, sumado a lo que ella fue capaz de agregar en el período de su vida.
Dijimos también, que la condición para el progreso de una sociedad, consistía en el respeto al papel de la tradición, pues ésta permite ir sumando los aportes de cada generación.
Utiliza las teclas de flecha arriba/abajo para aumentar o disminuir el volumen.
Y quedamos en referirnos a un aspecto muy importante de la tradición que es el derecho de la herencia.
“El que lo hereda no lo hurta”, dice un viejo y sabio refrán. Por él se entiende que las características psicológicas, morales o físicas que una persona hereda de sus padres, le pertenecen, pues ella las recibió de sus progenitores.
Tal forma de entender la hereditariedad es correcta y se comprende, pues, antes que nada ella es una herencia misteriosa de valores y virtudes que una generación lega a la que le sigue.
Respuesta:
El que lo hereda no lo hurta (Podcast)
En nuestro programa anterior conversamos sobre el valor de la tradición y dijimos que ella representaba la natural continuidad por donde una generación transmite a otra los valores, las virtudes y los conocimientos que ella misma recibió de la anterior, sumado a lo que ella fue capaz de agregar en el período de su vida.
Dijimos también, que la condición para el progreso de una sociedad, consistía en el respeto al papel de la tradición, pues ésta permite ir sumando los aportes de cada generación.
Utiliza las teclas de flecha arriba/abajo para aumentar o disminuir el volumen.
Y quedamos en referirnos a un aspecto muy importante de la tradición que es el derecho de la herencia.
“El que lo hereda no lo hurta”, dice un viejo y sabio refrán. Por él se entiende que las características psicológicas, morales o físicas que una persona hereda de sus padres, le pertenecen, pues ella las recibió de sus progenitores.
Tal forma de entender la hereditariedad es correcta y se comprende, pues, antes que nada ella es una herencia misteriosa de valores y virtudes que una generación lega a la que le sigue.
Explicación: