Nuestro organismo necesita obtener energía diariamente, para satisfacer tres necesidades fundamentales:
- Gasto metabólico basal: cantidad de energía mínima necesaria para el mantenimiento de las funciones vitales del organismo en completo reposo.
- Acción termogénica de los alimentos: gasto de energía debido a los procesos de digestión, absorción y metabolismo, tras el consumo de alimentos.
- Actividad física: movimientos corporales producidos por la contracción de los músculos (es decir, los movimientos realizados como parte de la vida cotidiana), y que comportan un gasto de energía.
El hombre obtiene esta energía que necesita a través de los alimentos, concretamente a partir de algunos de los nutrientes contenidos en ellos: proteínas, grasas e hidratos de carbono, siendo éstos los únicos nutrientes que, junto con el alcohol, proporcionan energía.
El valor energético de los nutrientes suele expresarse en kilocalorías (kcal) y kilojulios (kJ), (1 kcal es igual a 4,19 kJ) y es diferente para cada uno de ellos. Concretamente, los hidratos de carbono aportan 3,75 kcal/g, las proteínas 4 kcal/g, las grasas 9 kcal/g y el alcohol 7 kcal/g. De esta forma, los alimentos, aportan cantidades variables de energía en función de su composición en macronutrientes (proteínas, grasa e hidratos de carbono) y alcohol.
Los nutrientes se definen como las sustancias integrantes de los alimentos cuya ausencia dietética o cuyo aporte insuficiente a través de ésta, ocasiona una enfermedad carencial, que se corrige al suministrar el nutriente concreto.
Existen cinco grupos principales de nutrientes: Proteínas, Hidratos de carbono, Grasas, Vitaminas y Minerales, y comprenden unas 50 sustancias, de los que se consideran nutrientes esenciales (deben ser aportados externamente), 8 aminoácidos, 2 ácidos grasos, 20 minerales y 13 vitaminas.
Aunque en muchos textos no se le da la consideración de nutriente al agua, dada su esencialidad para el mantenimiento de la vida, es y debe tratarse como tal.
Respuesta:
Nuestro organismo necesita obtener energía diariamente, para satisfacer tres necesidades fundamentales:
- Gasto metabólico basal: cantidad de energía mínima necesaria para el mantenimiento de las funciones vitales del organismo en completo reposo.
- Acción termogénica de los alimentos: gasto de energía debido a los procesos de digestión, absorción y metabolismo, tras el consumo de alimentos.
- Actividad física: movimientos corporales producidos por la contracción de los músculos (es decir, los movimientos realizados como parte de la vida cotidiana), y que comportan un gasto de energía.
El hombre obtiene esta energía que necesita a través de los alimentos, concretamente a partir de algunos de los nutrientes contenidos en ellos: proteínas, grasas e hidratos de carbono, siendo éstos los únicos nutrientes que, junto con el alcohol, proporcionan energía.
El valor energético de los nutrientes suele expresarse en kilocalorías (kcal) y kilojulios (kJ), (1 kcal es igual a 4,19 kJ) y es diferente para cada uno de ellos. Concretamente, los hidratos de carbono aportan 3,75 kcal/g, las proteínas 4 kcal/g, las grasas 9 kcal/g y el alcohol 7 kcal/g. De esta forma, los alimentos, aportan cantidades variables de energía en función de su composición en macronutrientes (proteínas, grasa e hidratos de carbono) y alcohol.
Los nutrientes se definen como las sustancias integrantes de los alimentos cuya ausencia dietética o cuyo aporte insuficiente a través de ésta, ocasiona una enfermedad carencial, que se corrige al suministrar el nutriente concreto.
Existen cinco grupos principales de nutrientes: Proteínas, Hidratos de carbono, Grasas, Vitaminas y Minerales, y comprenden unas 50 sustancias, de los que se consideran nutrientes esenciales (deben ser aportados externamente), 8 aminoácidos, 2 ácidos grasos, 20 minerales y 13 vitaminas.
Aunque en muchos textos no se le da la consideración de nutriente al agua, dada su esencialidad para el mantenimiento de la vida, es y debe tratarse como tal.
Explicación: