El Reino de Italia (en latín, Regnum Italiae o Regnum Italicum) fue una entidad política y geográfica circunscrita al norte de la península itálica, que sucedió al reino de los lombardos tras la conquista de Carlomagno en 774.
El reino de Italia siguió las vicisitudes de descomposición del Imperio carolingio debido al desarrollo del feudalismo, a las incursiones de sarracenos y de magiares, y a los conflictos por la corona, dado que el control del reino posibilitaba a su titular ser coronado emperador por el papa. Desde 950 el monarca germano incorporó Italia a sus territorios, lo que supuso su vinculación al Imperio alemán.
El Reino de Italia (en latín, Regnum Italiae o Regnum Italicum) fue una entidad política y geográfica circunscrita al norte de la península itálica, que sucedió al reino de los lombardos tras la conquista de Carlomagno en 774.
El reino de Italia siguió las vicisitudes de descomposición del Imperio carolingio debido al desarrollo del feudalismo, a las incursiones de sarracenos y de magiares, y a los conflictos por la corona, dado que el control del reino posibilitaba a su titular ser coronado emperador por el papa. Desde 950 el monarca germano incorporó Italia a sus territorios, lo que supuso su vinculación al Imperio alemán.