Por que existio la esclavitud, donde hubo esclavitud por que se dio y cuando se acabo.
edisonedu06eso es cuando comenso con la esclavitud
El descubrimiento de América por parte de Cristobal Colón en 1492 y la posterior conquista de este continente a manos de españoles y portugueses repercutieron a partir del Siglo XVI en otra región del planeta, un tanto alejada de los acontecimientos de conquista: trátase de Africa.Aunque separados ambos continentes por el Océano Atlantico, con desarrollos historicos, sociales y económicos completamente diferentes, a partir del Siglo XVI se produce un acercamiento entre América y Africa. La causa de esta aproximación radica en que la conquista de América, con todas las riquezas naturales y perspectivas de desarrollo que ofrecio a sus conquistadores, requeria de la complementación indispensable de mano de obra para la apropiación de tales riquezas y la obtención de ventajas en la explotación económica de tan vastas zonas.Es justamente Africa la que tendrá el "monopolio" en el abastecimiento de la fuerza de trabajo necesaria, en calidad de esclavos. Comenzará un flujo incesante que durará cuatrocientos años, en el cual millones de africanos atravesarán compulsivamente en barcos negreros el Océano Atlántico para posteriormente ser vendidos a los colonizadores de América.En este trabajo se pretende describir los momentos que antecedieron al tráfico mismo, dando a conocer la expansión y la penetración europea en Africa a partir del Siglo XV, en la cual Portugal hace de vanguardia. Luego se hace una reseña del tráfico de esclavos, primero desde la costa occidental de Africa y posteriormente desde la oriental.Más adelante, se menciona el denominado comercio triangular entre Europa, Africa y America, para finalmente pasar a apreciar algunos de los efectos demográficos, políticos y económicos que el tráfico de esclavos produjo al continente africano. y se acabó Las colonias de América dependían del trabajo de los esclavos. Pero a mediados del siglo XVIII muchas personas se empezaban a cuestionar la moralidad de la esclavitud. Durante todo el siglo XVIII, Gran Bretaña, Francia y España se enriquecieron gracias a los impuestos y a los beneficios obtenidos en las colonias. Gran parte de su riqueza se debía al trabajo de los esclavos. Dinamarca, Suecia, Prusia, Holanda y Génova (Piamonte) comerciaban también con esclavos. Los europeos compraban africanos a los traficantes de esclavos y a los líderes locales, que veían en el tráfico de esclavos un medio de castigar a los criminales, deshacerse de los enemigos, librarse de los cautivos y enriquecerse con ello. No se sabe cuántos se vendieron en total, pero los historiadores han estimado que 45 millones de esclavos partieron de Africa entre 1450 y 1870, aunque sólo 15 millones sobrevivieron. Muchos europeos estaban en desacuerdo con el tráfico de esclavos, pero creían que era la única manera de lograr mano de obra para las plantaciones. Algunos esclavos escaparon de las plantaciones y fundaron sus propios pueblos en zonas remotas. En 1739, un grupo de esclavos jamaicanos cimarrones se rebelaron contra los británicos. Afortunadamente, algunas personas comenzaron a protestar, sosteniendo que la esclavitud iba en contra de la ley de Dios y de la decencia humana. El filósofo francés Rousseau, en su obra El contrato social, escribió en 1764: «El hombre ha nacido libre, pero en todas partes está encadenado». Sus escritos inspiraron la revolución en Francia y en América del Norte, y la libertad individual comenzó a considerarse como un derecho social, no ya como un don otorgado por el rey. Las ideas de Rousseau también animaron a ciertas personas a luchar en nombre de otras que no podían defenderse por sí mismas. Políticos, hombres de la Iglesia y gente corriente comenzaron a pensar en cómo podían ayudar a los esclavos. Pero los argumentos morales no tenían tanta fuerza como los beneficios que generaba la esclavitud.
El descubrimiento de América por parte de Cristobal Colón en 1492 y la posterior conquista de este continente a manos de españoles y portugueses repercutieron a partir del Siglo XVI en otra región del planeta, un tanto alejada de los acontecimientos de conquista: trátase de Africa.Aunque separados ambos continentes por el Océano Atlantico, con desarrollos historicos, sociales y económicos completamente diferentes, a partir del Siglo XVI se produce un acercamiento entre América y Africa. La causa de esta aproximación radica en que la conquista de América, con todas las riquezas naturales y perspectivas de desarrollo que ofrecio a sus conquistadores, requeria de la complementación indispensable de mano de obra para la apropiación de tales riquezas y la obtención de ventajas en la explotación económica de tan vastas zonas.Es justamente Africa la que tendrá el "monopolio" en el abastecimiento de la fuerza de trabajo necesaria, en calidad de esclavos. Comenzará un flujo incesante que durará cuatrocientos años, en el cual millones de africanos atravesarán compulsivamente en barcos negreros el Océano Atlántico para posteriormente ser vendidos a los colonizadores de América.En este trabajo se pretende describir los momentos que antecedieron al tráfico mismo, dando a conocer la expansión y la penetración europea en Africa a partir del Siglo XV, en la cual Portugal hace de vanguardia. Luego se hace una reseña del tráfico de esclavos, primero desde la costa occidental de Africa y posteriormente desde la oriental.Más adelante, se menciona el denominado comercio triangular entre Europa, Africa y America, para finalmente pasar a apreciar algunos de los efectos demográficos, políticos y económicos que el tráfico de esclavos produjo al continente africano.
y se acabó
Las colonias de América dependían del trabajo de los esclavos. Pero a mediados del siglo XVIII muchas personas se empezaban a cuestionar la moralidad de la esclavitud. Durante todo el siglo XVIII, Gran Bretaña, Francia y España se enriquecieron gracias a los impuestos y a los beneficios obtenidos en las colonias. Gran parte de su riqueza se debía al trabajo de los esclavos. Dinamarca, Suecia, Prusia, Holanda y Génova (Piamonte) comerciaban también con esclavos. Los europeos compraban africanos a los traficantes de esclavos y a los líderes locales, que veían en el tráfico de esclavos un medio de castigar a los criminales, deshacerse de los enemigos, librarse de los cautivos y enriquecerse con ello. No se sabe cuántos se vendieron en total, pero los historiadores han estimado que 45 millones de esclavos partieron de Africa entre 1450 y 1870, aunque sólo 15 millones sobrevivieron. Muchos europeos estaban en desacuerdo con el tráfico de esclavos, pero creían que era la única manera de lograr mano de obra para las plantaciones. Algunos esclavos escaparon de las plantaciones y fundaron sus propios pueblos en zonas remotas. En 1739, un grupo de esclavos jamaicanos cimarrones se rebelaron contra los británicos. Afortunadamente, algunas personas comenzaron a protestar, sosteniendo que la esclavitud iba en contra de la ley de Dios y de la decencia humana. El filósofo francés Rousseau, en su obra El contrato social, escribió en 1764: «El hombre ha nacido libre, pero en todas partes está encadenado». Sus escritos inspiraron la revolución en Francia y en América del Norte, y la libertad individual comenzó a considerarse como un derecho social, no ya como un don otorgado por el rey. Las ideas de Rousseau también animaron a ciertas personas a luchar en nombre de otras que no podían defenderse por sí mismas. Políticos, hombres de la Iglesia y gente corriente comenzaron a pensar en cómo podían ayudar a los esclavos. Pero los argumentos morales no tenían tanta fuerza como los beneficios que generaba la esclavitud.