Si se tiene en cuenta que la mayoría de las personas dan por garantizada su fertilidad, resulta lógico suponer que el descubrimiento de algún tipo de problema para concebir o lograr tener un hijo biológico sano, venga acompañado de un impacto emocional importante. Cuando, adicionalmente, las personas deciden buscar ayuda y someterse a algún procedimiento o tratamiento de reproducción asistida, inician un proceso que demanda una gran capacidad de adaptación.
El sometimiento a gran variedad de pruebas médicas, la ingesta de medicinas, las alteraciones en la frecuencia y hábitos sexuales, los períodos de espera de resultados o la relación con los distintos profesionales, son solo algunas de las situaciones que deben enfrentar las parejas infértiles y que, por lo general, conllevan consecuencias psico-emocionales importantes.
Consecuencias que, en los casos más comprometidos, generan condiciones de vida que pueden resultar perjudiciales hasta para su salud. Pueden propiciar desajustes hormonales, síntomas de ansiedad y depresión, altos niveles sostenidos de estrés, un marcado aislamiento social o algunas disfunciones de carácter sexual, entre otras.
Una atención psicológica temprana tiene el objetivo de prevenir la aparición de dichos problemas psico-emocionales y asistir a la pareja que presenta inquietudes, dudas, temores o cierta incertidumbre en relación al tratamiento de fertilidad. Por otro lado, la asistencia psicológica durante el tratamiento de fertilidad pretende facilitar el ajuste emocional y la adaptación de las parejas.
Específicamente es recomendable la atención psicológica porque:
Están demostrados científicamente los amplios beneficios que ofrece el apoyo psicológico antes y durante el proceso de tratamiento.Ciertos problemas psicológicos y emocionales como la ansiedad, la depresión o altos niveles de estrés, pueden interferir con los resultados óptimos del tratamiento y tienen riesgo de permanecer después de éste.Es frecuente que las parejas o alguno de sus miembros no sepan a quién acudir para enfrentar sus inquietudes, dudas, temores o incertidumbre en relación al diagnóstico, al tratamiento, y a sus implicaciones y resultados.Es necesario asegurarse de que las parejas manejen bien la información específica sobre el tratamiento, que tengan expectativas ajustadas a la realidad y cuenten con habilidades para el manejo del estrés, la solución de problemas, la toma de decisiones y otros aspectos importantes que promueven un buen ajuste emocional.La asistencia psicológica temprana abarca éstos y muchos otros aspectos, evitando la necesidad de recurrir a ella, únicamente, en situaciones límite.
Si se tiene en cuenta que la mayoría de las personas dan por garantizada su fertilidad, resulta lógico suponer que el descubrimiento de algún tipo de problema para concebir o lograr tener un hijo biológico sano, venga acompañado de un impacto emocional importante. Cuando, adicionalmente, las personas deciden buscar ayuda y someterse a algún procedimiento o tratamiento de reproducción asistida, inician un proceso que demanda una gran capacidad de adaptación.
El sometimiento a gran variedad de pruebas médicas, la ingesta de medicinas, las alteraciones en la frecuencia y hábitos sexuales, los períodos de espera de resultados o la relación con los distintos profesionales, son solo algunas de las situaciones que deben enfrentar las parejas infértiles y que, por lo general, conllevan consecuencias psico-emocionales importantes.
Consecuencias que, en los casos más comprometidos, generan condiciones de vida que pueden resultar perjudiciales hasta para su salud. Pueden propiciar desajustes hormonales, síntomas de ansiedad y depresión, altos niveles sostenidos de estrés, un marcado aislamiento social o algunas disfunciones de carácter sexual, entre otras.
Una atención psicológica temprana tiene el objetivo de prevenir la aparición de dichos problemas psico-emocionales y asistir a la pareja que presenta inquietudes, dudas, temores o cierta incertidumbre en relación al tratamiento de fertilidad. Por otro lado, la asistencia psicológica durante el tratamiento de fertilidad pretende facilitar el ajuste emocional y la adaptación de las parejas.
Específicamente es recomendable la atención psicológica porque:
Están demostrados científicamente los amplios beneficios que ofrece el apoyo psicológico antes y durante el proceso de tratamiento.Ciertos problemas psicológicos y emocionales como la ansiedad, la depresión o altos niveles de estrés, pueden interferir con los resultados óptimos del tratamiento y tienen riesgo de permanecer después de éste.Es frecuente que las parejas o alguno de sus miembros no sepan a quién acudir para enfrentar sus inquietudes, dudas, temores o incertidumbre en relación al diagnóstico, al tratamiento, y a sus implicaciones y resultados.Es necesario asegurarse de que las parejas manejen bien la información específica sobre el tratamiento, que tengan expectativas ajustadas a la realidad y cuenten con habilidades para el manejo del estrés, la solución de problemas, la toma de decisiones y otros aspectos importantes que promueven un buen ajuste emocional.La asistencia psicológica temprana abarca éstos y muchos otros aspectos, evitando la necesidad de recurrir a ella, únicamente, en situaciones límite.