Jesús estaba claro que tenía que sufrir (Marcos 8:31; 9:12, 31; 10: 33-34), y desafió a los que no estaban de acuerdo con Él usando un lenguaje muy fuerte (Marcos 8: 32-33). No debería haber sido una sorpresa que el Hijo de Dios tuviera que morir: antes de que Jesús naciera, todos los profetas ya lo habían predicho durante siglos (Lucas 24: 25-27). El sufrimiento de Jesús se insinúa en las primeras páginas de la Biblia, donde el profeta Moisés registró la promesa de Dios de un Salvador que derrotaría al diablo a través del sufrimiento (Génesis 3:15). Más detalles se dan en profecías posteriores. El rey David, por ejemplo, describió con precisión la muerte de Jesús mil años antes de que sucediera, y previó que esto llevaría a las generaciones futuras a escuchar las buenas nuevas y a adorar a Dios en justicia (Salmo 22). El profeta Isaías describió a Jesús como “un hombre de dolores y familiarizado con el sufrimiento” (Isaías 53: 3). Isaías explicó que Jesús tuvo que sufrir y morir en nuestro lugar por nuestros pecados (Isaías 53: 4-6), porque “era la voluntad del Señor quebrantarlo y hacerle padecer” y después volverlo a la vida para que muchas personas podrían ser perdonados (Isaías 53: 10-12).
Jesús entendió el significado de Su sufrimiento de la misma manera que lo hicieron los profetas. Él resumió el mensaje del Antiguo Testamento de esta manera:
“Esto es lo que está escrito: El Cristo sufrirá y resucitará de entre los muertos al tercer día, y el arrepentimiento y perdón de los pecados serán predicados en su nombre a todas las naciones, comenzando en Jerusalén” (Lucas 24: 46-47).
Respuesta:
Jesús estaba claro que tenía que sufrir (Marcos 8:31; 9:12, 31; 10: 33-34), y desafió a los que no estaban de acuerdo con Él usando un lenguaje muy fuerte (Marcos 8: 32-33). No debería haber sido una sorpresa que el Hijo de Dios tuviera que morir: antes de que Jesús naciera, todos los profetas ya lo habían predicho durante siglos (Lucas 24: 25-27). El sufrimiento de Jesús se insinúa en las primeras páginas de la Biblia, donde el profeta Moisés registró la promesa de Dios de un Salvador que derrotaría al diablo a través del sufrimiento (Génesis 3:15). Más detalles se dan en profecías posteriores. El rey David, por ejemplo, describió con precisión la muerte de Jesús mil años antes de que sucediera, y previó que esto llevaría a las generaciones futuras a escuchar las buenas nuevas y a adorar a Dios en justicia (Salmo 22). El profeta Isaías describió a Jesús como “un hombre de dolores y familiarizado con el sufrimiento” (Isaías 53: 3). Isaías explicó que Jesús tuvo que sufrir y morir en nuestro lugar por nuestros pecados (Isaías 53: 4-6), porque “era la voluntad del Señor quebrantarlo y hacerle padecer” y después volverlo a la vida para que muchas personas podrían ser perdonados (Isaías 53: 10-12).
Jesús entendió el significado de Su sufrimiento de la misma manera que lo hicieron los profetas. Él resumió el mensaje del Antiguo Testamento de esta manera:
“Esto es lo que está escrito: El Cristo sufrirá y resucitará de entre los muertos al tercer día, y el arrepentimiento y perdón de los pecados serán predicados en su nombre a todas las naciones, comenzando en Jerusalén” (Lucas 24: 46-47).
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