Respuesta: En América Latina, una de cada cinco personas es afrodescendiente, es decir, desciende, en la gran mayoría
de los casos, de las personas que llegaron de África a nuestro continente a través de la trata transatlántica de
personas esclavizadas en el período colonial. Esa es una estimación moderada, porque solo en el presente
siglo la invisibilidad estadística de esa población —una de las formas de discriminación más perversas— se
ha comenzado a revertir mediante la incorporación de su autoidentificación en algunas fuentes de datos,
aunque persisten importantes desafíos para la consolidación de ese proceso. A pesar de que todos los
países de América Latina están comprometidos con la meta 17.18 del Objetivo de Desarrollo Sostenible 17
de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, referente a aumentar significativamente la disponibilidad de
información oportuna y de calidad desagregada por raza y origen étnico, entre otras variables, y de los avances
logrados en ese sentido, estos han sido bastante heterogéneos entre los distintos países. Por lo tanto, aún
hay un largo camino por recorrer para que sea posible conocer en forma más sistemática la realidad de la
población afrodescendiente latinoamericana en toda su complejidad y diversidad.
Sin embargo, la información disponible es suficiente para afirmar, sin duda alguna, que las personas
afrodescendientes son una de las poblaciones que han sido dejadas atrás en lo referente a los beneficios
del desarrollo, debido a históricos procesos de exclusión que se expresan en profundas desigualdades en
desmedro de estas poblaciones. Asimismo, los Estados no han sido capaces de reconocer el enorme aporte
económico, social y cultural que han hecho las personas y comunidades afrodescendientes al desarrollo de
nuestros países.
Las desigualdades étnico-raciales, como se muestra en este estudio, conforman uno de los ejes
estructurantes de la matriz de la desigualdad social en América Latina y el racismo es un elemento central de
la cultura del privilegio que aún persiste y se reproduce en nuestros países.
Explicación: Espero te sirva
" Life is not a problem to be solved but a reality to be experienced! "
© Copyright 2013 - 2024 KUDO.TIPS - All rights reserved.
Verified answer
Respuesta: En América Latina, una de cada cinco personas es afrodescendiente, es decir, desciende, en la gran mayoría
de los casos, de las personas que llegaron de África a nuestro continente a través de la trata transatlántica de
personas esclavizadas en el período colonial. Esa es una estimación moderada, porque solo en el presente
siglo la invisibilidad estadística de esa población —una de las formas de discriminación más perversas— se
ha comenzado a revertir mediante la incorporación de su autoidentificación en algunas fuentes de datos,
aunque persisten importantes desafíos para la consolidación de ese proceso. A pesar de que todos los
países de América Latina están comprometidos con la meta 17.18 del Objetivo de Desarrollo Sostenible 17
de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, referente a aumentar significativamente la disponibilidad de
información oportuna y de calidad desagregada por raza y origen étnico, entre otras variables, y de los avances
logrados en ese sentido, estos han sido bastante heterogéneos entre los distintos países. Por lo tanto, aún
hay un largo camino por recorrer para que sea posible conocer en forma más sistemática la realidad de la
población afrodescendiente latinoamericana en toda su complejidad y diversidad.
Sin embargo, la información disponible es suficiente para afirmar, sin duda alguna, que las personas
afrodescendientes son una de las poblaciones que han sido dejadas atrás en lo referente a los beneficios
del desarrollo, debido a históricos procesos de exclusión que se expresan en profundas desigualdades en
desmedro de estas poblaciones. Asimismo, los Estados no han sido capaces de reconocer el enorme aporte
económico, social y cultural que han hecho las personas y comunidades afrodescendientes al desarrollo de
nuestros países.
Las desigualdades étnico-raciales, como se muestra en este estudio, conforman uno de los ejes
estructurantes de la matriz de la desigualdad social en América Latina y el racismo es un elemento central de
la cultura del privilegio que aún persiste y se reproduce en nuestros países.
Explicación: Espero te sirva