La mayoría de las personas se plantean preguntas sobre Dios: ¿Cómo es Dios? ¿Dónde vive? ¿Se interesa por mí? ¿Cómo puedo conocerlo?… Unos alumnos de primaria estaban dibujando personajes bíblicos, uno de ellos en concreto parecía muy concentrado en su tarea. ¿Qué estás pintando?—le preguntó la profesora. Estoy dibujando a Dios —respondió en seguida. Es una buena idea, aunque en realidad nadie sabe cómo es Dios, le dijo la profesora, a lo que el niño le respondió: En cuanto termine el dibujo vas a saber como es Dios. Piense un momento en esta afirmación. Va a saber como es Dios en cuanto termine el dibujo. ¿Es una exageración? Probablemente para un chico de seis años lo sea, pero si esta afirmación viniera de Jesús, el hijo de Dios, no lo sería, teniendo en cuenta que vino a esta tierra para mostrarnos como es Dios realmente.
Una de las múltiples traducciones del nombre de Jesús es “Emmanuel”, que significa “Dios con nosotros” (Mateo 1:23). Cuando Jesús estuvo en la tierra, Dios estuvo aquí. Cuando Jesucristo sanó, fue Dios quien lo hizo. Cuando el Señor Jesús perdonó los pecados de alguien, fue Dios quien lo hacía. En la Biblia leemos: Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo (2 Corintios 5:19). Cuando Jesús estuvo aquí, nos mostró a Dios por medio de metáforas como: yo soy el buen pastor, yo soy la puerta, yo soy el pan de vida… Como buen pastor, él es una persona tierna, amorosa, que persigue a todas las personas perdidas. El es la puerta, a través de la cual todos podemos conocer a Dios. El es el pan de vida, es decir, el es para nuestro ser lo mismo que el pan para nuestro cuerpo, algo indispensable.
A través de su muerte en la cruz, Jesucristo, nos mostró el ejemplo perfecto de amor de Dios. Al morir, tomó nuestro lugar para que nosotros, los pecadores, nos libráramos del juicio de Dios y, en su lugar, pudiéramos conseguir la vida eterna con Dios. El pagó el precio que nosotros merecíamos por nuestros pecados, pero, ¿por qué lo hizo? Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda más tenga vida eterna (Juan 3:16). A través su en la tierra, su muerte en la cruz, y su resurrección de entre los muertos, podemos conocer a Dios. Jesucristo nos dice claramente: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí (Juan 3:16
Porque el pueblo de Israel era como decirte tenían esclavitud y Dios mando a moisés, y moisés abrió el mar para que pasaran pero cuando habían pasado se quejaban y decían que tenían hambre y Dios hizo llover del cielo carne y luego hicieron un becerro el becerro es un toro de oro y después solo dos personas entraron y ni moisés pudo entrar solo dos niños lo hirvieron
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La mayoría de las personas se plantean preguntas sobre Dios: ¿Cómo es Dios? ¿Dónde vive? ¿Se interesa por mí? ¿Cómo puedo conocerlo?… Unos alumnos de primaria estaban dibujando personajes bíblicos, uno de ellos en concreto parecía muy concentrado en su tarea. ¿Qué estás pintando?—le preguntó la profesora. Estoy dibujando a Dios —respondió en seguida. Es una buena idea, aunque en realidad nadie sabe cómo es Dios, le dijo la profesora, a lo que el niño le respondió: En cuanto termine el dibujo vas a saber como es Dios. Piense un momento en esta afirmación. Va a saber como es Dios en cuanto termine el dibujo. ¿Es una exageración? Probablemente para un chico de seis años lo sea, pero si esta afirmación viniera de Jesús, el hijo de Dios, no lo sería, teniendo en cuenta que vino a esta tierra para mostrarnos como es Dios realmente.
Una de las múltiples traducciones del nombre de Jesús es “Emmanuel”, que significa “Dios con nosotros” (Mateo 1:23). Cuando Jesús estuvo en la tierra, Dios estuvo aquí. Cuando Jesucristo sanó, fue Dios quien lo hizo. Cuando el Señor Jesús perdonó los pecados de alguien, fue Dios quien lo hacía. En la Biblia leemos: Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo (2 Corintios 5:19). Cuando Jesús estuvo aquí, nos mostró a Dios por medio de metáforas como: yo soy el buen pastor, yo soy la puerta, yo soy el pan de vida… Como buen pastor, él es una persona tierna, amorosa, que persigue a todas las personas perdidas. El es la puerta, a través de la cual todos podemos conocer a Dios. El es el pan de vida, es decir, el es para nuestro ser lo mismo que el pan para nuestro cuerpo, algo indispensable.
A través de su muerte en la cruz, Jesucristo, nos mostró el ejemplo perfecto de amor de Dios. Al morir, tomó nuestro lugar para que nosotros, los pecadores, nos libráramos del juicio de Dios y, en su lugar, pudiéramos conseguir la vida eterna con Dios. El pagó el precio que nosotros merecíamos por nuestros pecados, pero, ¿por qué lo hizo? Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda más tenga vida eterna (Juan 3:16). A través su en la tierra, su muerte en la cruz, y su resurrección de entre los muertos, podemos conocer a Dios. Jesucristo nos dice claramente: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí (Juan 3:16
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Porque el pueblo de Israel era como decirte tenían esclavitud y Dios mando a moisés, y moisés abrió el mar para que pasaran pero cuando habían pasado se quejaban y decían que tenían hambre y Dios hizo llover del cielo carne y luego hicieron un becerro el becerro es un toro de oro y después solo dos personas entraron y ni moisés pudo entrar solo dos niños lo hirvieron