«Publicada por primera vez en 1979, El árbol, una de las pocas obras en las que el novelista John Fowles exploró el género ensayístico, supone una reflexión enormemente provocativa sobre la conexión entre la creatividad humana y la naturaleza, además de un poderoso argumento contra la censura de lo salvaje.»
Desde niño, mi amor por la naturaleza ha ido creciendo día a día, con la misma fuerza que han crecido mis ideas de protección hacia ella. Con un año recién cumplido un médico, le dijo a mi madre que la única forma de que se me curase la tos ferina era viviendo entre pinos. Sin pensarlo dos veces mis abuelos y ella me llevaron al chalet que tenían cerca Pilar de la horadada. Aquellos árboles me devolvieron una vida bastante maltrecha, a pesar de mi corta edad. Fueron el soporte para empezar a caminar, el inicio de todo. Guardo gratos recuerdos de aquella etapa donde la muerte se presentaba cada día, a cada hora.
Publicada por primera vez en 1979, El árbol, una de las pocas obras en las que el novelista John Fowles exploró el género ensayístico, supone una reflexión enormemente provocativa sobre la conexión entre la creatividad humana y la naturaleza, además de un poderoso argumento contra la censura de lo salvaje. Para ello Fowles recurre a su propia infancia en Inglaterra, en la que se rebela contra las estrictas ideas de su padre, que vive obsesionado con la «producción cuantificable» de los árboles frutales, y en su lugar decide abrazar la belleza de la naturaleza no modificada por el hombre. El árbol es una obra excepcional que nos lleva por los vericuetos de la creación, del descubrimiento de las fuentes de la inspiración, de las claves de la escritura, y todo ello a través de un recorrido por los espacios naturales más salvajes que acompañaron al autor durante su vida.
La naturaleza y su misterio, sirven para llevarnos a espacios de nuestra mente, que a veces desconocemos o los dejamos pasar porque no llegamos a entender eso que se nos oculta. A eso a veces le llamamos musa y lo trató bien Robert Graves en su ensayo La dama blanca. La naturaleza nos despierta los sentidos, nos traslada a otros lugares y hace que despierte el instinto. En definitiva El árbol de Fowles es un ensayo sobre la naturaleza y como ella nos influye tanto en lo personal como en lo creativo. Una delicia, una obra para releer.
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Linares34
Como naturaleza denominamos todo aquello que se ha formado de manera espontánea en el planeta Tierra. En este sentido, forman parte de la naturaleza todos los organismos vivos que habitan el planeta (animales y plantas), todas las sustancias materiales y minerales (agua, tierra, hierro, etc.) Aca un resumen :3
A diferencia de siglos pasados, en la actualidad existe un alarmante desequilibrio entre el desarrollo humano y la estabilidad de la naturaleza. El avance de la civilización en sus diferentes aspectos ha mejorado la vida de innumerables personas, de eso no cabe duda, pero muchos especialistas opinan que se ha dado de una forma acelerada, sin pensar en las futuras generaciones. Esta realidad hace necesario analizar los diferentes problemas que enfrenta el planeta, en especial aquellos que son un efecto del desarrollo humano.
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«Publicada por primera vez en 1979, El árbol, una de las pocas obras en las que el novelista John Fowles exploró el género ensayístico, supone una reflexión enormemente provocativa sobre la conexión entre la creatividad humana y la naturaleza, además de un poderoso argumento contra la censura de lo salvaje.»
Desde niño, mi amor por la naturaleza ha ido creciendo día a día, con la misma fuerza que han crecido mis ideas de protección hacia ella. Con un año recién cumplido un médico, le dijo a mi madre que la única forma de que se me curase la tos ferina era viviendo entre pinos. Sin pensarlo dos veces mis abuelos y ella me llevaron al chalet que tenían cerca Pilar de la horadada. Aquellos árboles me devolvieron una vida bastante maltrecha, a pesar de mi corta edad. Fueron el soporte para empezar a caminar, el inicio de todo. Guardo gratos recuerdos de aquella etapa donde la muerte se presentaba cada día, a cada hora.
Publicada por primera vez en 1979, El árbol, una de las pocas obras en las que el novelista John Fowles exploró el género ensayístico, supone una reflexión enormemente provocativa sobre la conexión entre la creatividad humana y la naturaleza, además de un poderoso argumento contra la censura de lo salvaje. Para ello Fowles recurre a su propia infancia en Inglaterra, en la que se rebela contra las estrictas ideas de su padre, que vive obsesionado con la «producción cuantificable» de los árboles frutales, y en su lugar decide abrazar la belleza de la naturaleza no modificada por el hombre. El árbol es una obra excepcional que nos lleva por los vericuetos de la creación, del descubrimiento de las fuentes de la inspiración, de las claves de la escritura, y todo ello a través de un recorrido por los espacios naturales más salvajes que acompañaron al autor durante su vida.
La naturaleza y su misterio, sirven para llevarnos a espacios de nuestra mente, que a veces desconocemos o los dejamos pasar porque no llegamos a entender eso que se nos oculta. A eso a veces le llamamos musa y lo trató bien Robert Graves en su ensayo La dama blanca. La naturaleza nos despierta los sentidos, nos traslada a otros lugares y hace que despierte el instinto. En definitiva El árbol de Fowles es un ensayo sobre la naturaleza y como ella nos influye tanto en lo personal como en lo creativo. Una delicia, una obra para releer.
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Gracias por los puntos amiga
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A diferencia de siglos pasados, en la actualidad existe un alarmante desequilibrio entre el desarrollo humano y la estabilidad de la naturaleza. El avance de la civilización en sus diferentes aspectos ha mejorado la vida de innumerables personas, de eso no cabe duda, pero muchos especialistas opinan que se ha dado de una forma acelerada, sin pensar en las futuras generaciones. Esta realidad hace necesario analizar los diferentes problemas que enfrenta el planeta, en especial aquellos que son un efecto del desarrollo humano.