El ciberbullying es una conducta que consiste en humillar, amenazar u hostigar a otros iguales, que se lleva a cabo entre niños de un mismo entorno escolar o similar. Este último aspecto es muy importante porque sirve para diferenciar el ciberbullying del ciberacoso, en el que están también implicados los adultos.
La segunda característica propia de esta actuación es la del termino ciber, es decir, que esta conducta acosadora tiene que llevarse a cabo por medio de Internet, redes sociales, telefonía móvil, o cualquier otro canal digital. Así mismo, se requiere que la situación de acoso se prolongue en el tiempo y que no cuente con elementos de índole sexual, ya que en ese caso estaríamos hablando de una conducta más grave conocida como grooming.
Estudios realizados han demostrado el alto porcentaje de niños que son acosados en España. Concretamente, un estudio de Microsoft sobre el ciberbullying ha recogido que un 37% de jóvenes españoles admiten sufrir ciberbullying, sin contar los porcentajes, que son menores, de los niños que reciben un trato poco amistoso, o son objeto de burlas o insultos y esta tendencia sigue en aumento como advierte la UNESCO.
El ciberbullying es ejercido principalmente por aquellos alumnos que suelen ser socialmente superiores frente a aquellos que no lo son. La gravedad de esta conducta se encuentra principalmente en que el ciberbullying puede desembocar en una situación de bullying, es decir, que el acoso que se ejerce por las redes sociales se de también en las aulas, lo que es aún más humillante para la víctima, pues la observan otros compañeros que pueden sumarse a la misma conducta. Igualmente una situación de bullying puede acabar también en ciberbullying, en cuyo caso supone una conducta agravada de acoso.
Además, el anonimato, la no percepción directa del daño causado y la adopción de roles imaginarios que facilita la red, hace más difícil para los padres o tutores descubrir esta situación para ponerle solución y exigir responsabilidad a quien corresponda.
Por tanto, es muy importante la comunicación entre padres e hijos en los casos de acoso en Internet, ya que la mayoría de los menores esconden la situación de acoso de la que son víctimas. Respecto a la situación de los padres en lo que respecta al ciberacoso, son pocos los padres que participan en las sesiones que se imparten en los colegios de sus hijos sobre el ciberbullying y sobre la forma de protegerse en Internet. No hay una actuación común de los padres para enfrentarse al problema y la mayoría no tienen unas reglas básicas sobre conducta on line.
Cómo se manifiesta esta conducta en el niño acosador El Ministerio de Energía, Industria y Turismo, en una guía titulada Guía de actuación contra el ciberacoso, ha destacado las siguientes características del perfil del acosador:
- Necesidad imperiosa de dominar a otros; les gusta valerse de la fuerza física
- Bajo rendimiento académico
- Impulsividad y baja tolerancia a la frustración
- Dificultades para asumir y cumplir la normativa
- Una actitud de mayor tendencia hacia la violencia y el uso de los medios violentos
- Poca empatía hacia las víctimas de agresiones y una opinión relativamente positiva de sí mismos. En los chicos se da un modelo de reacción agresiva combinado con la fortaleza física
- Las relaciones con los adultos suelen darse de manera agresiva
- Son protagonistas tanto de agresiones proactivas (deliberadas con la finalidad de conseguir un objetivo) como reactivas (defensivas ante el hecho de ser provocados)
Respuesta:
El ciberbullying es una conducta que consiste en humillar, amenazar u hostigar a otros iguales, que se lleva a cabo entre niños de un mismo entorno escolar o similar. Este último aspecto es muy importante porque sirve para diferenciar el ciberbullying del ciberacoso, en el que están también implicados los adultos.
La segunda característica propia de esta actuación es la del termino ciber, es decir, que esta conducta acosadora tiene que llevarse a cabo por medio de Internet, redes sociales, telefonía móvil, o cualquier otro canal digital. Así mismo, se requiere que la situación de acoso se prolongue en el tiempo y que no cuente con elementos de índole sexual, ya que en ese caso estaríamos hablando de una conducta más grave conocida como grooming.
Estudios realizados han demostrado el alto porcentaje de niños que son acosados en España. Concretamente, un estudio de Microsoft sobre el ciberbullying ha recogido que un 37% de jóvenes españoles admiten sufrir ciberbullying, sin contar los porcentajes, que son menores, de los niños que reciben un trato poco amistoso, o son objeto de burlas o insultos y esta tendencia sigue en aumento como advierte la UNESCO.
El ciberbullying es ejercido principalmente por aquellos alumnos que suelen ser socialmente superiores frente a aquellos que no lo son. La gravedad de esta conducta se encuentra principalmente en que el ciberbullying puede desembocar en una situación de bullying, es decir, que el acoso que se ejerce por las redes sociales se de también en las aulas, lo que es aún más humillante para la víctima, pues la observan otros compañeros que pueden sumarse a la misma conducta. Igualmente una situación de bullying puede acabar también en ciberbullying, en cuyo caso supone una conducta agravada de acoso.
Además, el anonimato, la no percepción directa del daño causado y la adopción de roles imaginarios que facilita la red, hace más difícil para los padres o tutores descubrir esta situación para ponerle solución y exigir responsabilidad a quien corresponda.
Por tanto, es muy importante la comunicación entre padres e hijos en los casos de acoso en Internet, ya que la mayoría de los menores esconden la situación de acoso de la que son víctimas. Respecto a la situación de los padres en lo que respecta al ciberacoso, son pocos los padres que participan en las sesiones que se imparten en los colegios de sus hijos sobre el ciberbullying y sobre la forma de protegerse en Internet. No hay una actuación común de los padres para enfrentarse al problema y la mayoría no tienen unas reglas básicas sobre conducta on line.
Cómo se manifiesta esta conducta en el niño acosador El Ministerio de Energía, Industria y Turismo, en una guía titulada Guía de actuación contra el ciberacoso, ha destacado las siguientes características del perfil del acosador:
- Necesidad imperiosa de dominar a otros; les gusta valerse de la fuerza física
- Bajo rendimiento académico
- Impulsividad y baja tolerancia a la frustración
- Dificultades para asumir y cumplir la normativa
- Una actitud de mayor tendencia hacia la violencia y el uso de los medios violentos
- Poca empatía hacia las víctimas de agresiones y una opinión relativamente positiva de sí mismos. En los chicos se da un modelo de reacción agresiva combinado con la fortaleza física
- Las relaciones con los adultos suelen darse de manera agresiva
- Son protagonistas tanto de agresiones proactivas (deliberadas con la finalidad de conseguir un objetivo) como reactivas (defensivas ante el hecho de ser provocados)