Había una vez, en un pueblo muy lejano, se encontraba un niño llamado James y una niña llamada Charlotte. Un día James y Charlotte fueron a hacer un picnic en el bosque, iban a ir en bicicleta. Entonces, James va a la casa de Charlotte a buscarla, y Charlotte le responde: "Ya voy" Charlotte baja y se van al bosque. Cuando llegaron, empezaron a acomodar las cosas para comer. Y James le dice a Charlotte: "Que bonito atardecer... ¿verdad?" La verdad es que James siempre a estado enamorado de Charlotte pero nunca a tenido el valor de decírselo, mientras Charlotte se come una manzana le responde: "Si, es algo realmente maravilloso" James ha decidido demostrarle su amor a Charlotte, con un nudo en el estómago le dice a Charlotte: "Eres tan hermosa, delicada y maravillosa como este atardecer. Siempre que veo uno me acuerda a tu linda sonrisa y a tu hermosa voz, me gustaría poder seguir disfrutando toda mi vida los atardeceres contigo, ¿y a ti te gustaría?" Charlotte sonrojada y impresionada por la declaración de James, le susurra al oído: "Claro que me encantaría" Luego, James lleva a Charlotte a su casa y Charlotte le da un beso en el cachete y le dice: "Gracias por darme hacer este día tan bonito para mí" James se queda sin palabras... De vuelta a su casa, James le cuenta en la cena a su familia lo sucedido, dónde todos se contentaron mucho. Un atardecer, un amor más... FIN
Cuando Charles tenía 6 años su padre fue condenado a muchos años de cárcel por haber asesinado a un hombre. El niño visitaba cada domingo a su padre, le contaba sus aventuras y escuchaba historias escalofriantes que tenían lugar detrás de los muros.
El pequeño Dickens se vio profundamente marcado por las imágenes que observó en estas visitas; aunque no fue lo vio lo que le conmocionó sino las historias que escuchó. Y entre todas hubo una que lo condicionaría de por vida y que ni siquiera sería capaz de plasmar en un cuento.
Cierto domingo, su padre, con las mejillas empañadas, le contó que unos años atrás mientras trabajaba en la mina se había encontrado una piedrecilla azulada. Al apretarla contra su mano ésta dibujó un haz de luz desde donde él se encontraba hasta el rincón más lejano. Hacia allí se dirigió y al estar a pocos centímetros una criatura pequeña se descubrió ante sus ojos. Era un desagradable hombrecillo que le propuso un trato: le pidió que asesinara a un hombre a cambio de la felicidad para su familia.
Según le contó este misterioso personaje; ese hombre era una criatura horrible que golpeaba a sus hijos y que sólo pensaba en sí mismo: «No merece vivir», le había dicho el hombrecillo. La recompensa que el hombre ganaría sería que su familia saliera de la pobreza gracias a que uno de sus hijos consiguiera el éxito, y le dijo incluso que ese heredero sería recordado durante siglos. Viendo sus posibilidades, el viejo no lo dudó. El resto de la historia ya la conocemos.
Lo cierto es que Charles nunca pudo deshacerse de ese recuerdo. La orfandad es el rasgo más humano del escritor y esta historia, al igual que el pequeño Dickens, se quedó huérfana, condenada a la tristeza de las historias necesarias que no son contadas....
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erickfmxvlll
está bien bro pero tenía que ser inventado
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Había una vez, en un pueblo muy lejano, se encontraba un niño llamado James y una niña llamada Charlotte. Un día James y Charlotte fueron a hacer un picnic en el bosque, iban a ir en bicicleta. Entonces, James va a la casa de Charlotte a buscarla, y Charlotte le responde: "Ya voy" Charlotte baja y se van al bosque. Cuando llegaron, empezaron a acomodar las cosas para comer. Y James le dice a Charlotte: "Que bonito atardecer... ¿verdad?" La verdad es que James siempre a estado enamorado de Charlotte pero nunca a tenido el valor de decírselo, mientras Charlotte se come una manzana le responde: "Si, es algo realmente maravilloso" James ha decidido demostrarle su amor a Charlotte, con un nudo en el estómago le dice a Charlotte: "Eres tan hermosa, delicada y maravillosa como este atardecer. Siempre que veo uno me acuerda a tu linda sonrisa y a tu hermosa voz, me gustaría poder seguir disfrutando toda mi vida los atardeceres contigo, ¿y a ti te gustaría?" Charlotte sonrojada y impresionada por la declaración de James, le susurra al oído: "Claro que me encantaría" Luego, James lleva a Charlotte a su casa y Charlotte le da un beso en el cachete y le dice: "Gracias por darme hacer este día tan bonito para mí" James se queda sin palabras... De vuelta a su casa, James le cuenta en la cena a su familia lo sucedido, dónde todos se contentaron mucho. Un atardecer, un amor más... FIN
Listo acá está, espero te sirva :)
Respuesta:
espero te sirva :v
Explicación:
El huérfano
Cuando Charles tenía 6 años su padre fue condenado a muchos años de cárcel por haber asesinado a un hombre. El niño visitaba cada domingo a su padre, le contaba sus aventuras y escuchaba historias escalofriantes que tenían lugar detrás de los muros.
El pequeño Dickens se vio profundamente marcado por las imágenes que observó en estas visitas; aunque no fue lo vio lo que le conmocionó sino las historias que escuchó. Y entre todas hubo una que lo condicionaría de por vida y que ni siquiera sería capaz de plasmar en un cuento.
Cierto domingo, su padre, con las mejillas empañadas, le contó que unos años atrás mientras trabajaba en la mina se había encontrado una piedrecilla azulada. Al apretarla contra su mano ésta dibujó un haz de luz desde donde él se encontraba hasta el rincón más lejano. Hacia allí se dirigió y al estar a pocos centímetros una criatura pequeña se descubrió ante sus ojos. Era un desagradable hombrecillo que le propuso un trato: le pidió que asesinara a un hombre a cambio de la felicidad para su familia.
Según le contó este misterioso personaje; ese hombre era una criatura horrible que golpeaba a sus hijos y que sólo pensaba en sí mismo: «No merece vivir», le había dicho el hombrecillo. La recompensa que el hombre ganaría sería que su familia saliera de la pobreza gracias a que uno de sus hijos consiguiera el éxito, y le dijo incluso que ese heredero sería recordado durante siglos. Viendo sus posibilidades, el viejo no lo dudó. El resto de la historia ya la conocemos.
Lo cierto es que Charles nunca pudo deshacerse de ese recuerdo. La orfandad es el rasgo más humano del escritor y esta historia, al igual que el pequeño Dickens, se quedó huérfana, condenada a la tristeza de las historias necesarias que no son contadas....