El mito de la Tiburona griega: En Creta reinaba el singular rey Minus,una ciudad llena de corredores y cabañitas que parecía más que una ciudad, un laberinto. En ella vivía la mujer (Puroculo) del primo de Minus (quien se llamaba Más), tenía la mujer un cuerpo bellísimo, ojos celestes, cabello rubio y era blanca de piel. Más (el primo de Minus), se la robó a los vikingos y la hizo suya. Poseidón, dios de los mares, estaba locamente enamorado de Puroculo y le dijo: Yo
soy Poseidón y quiero darte un buen polvillo!, entonces Puroculo le dijo: Está bien, pero primero debes de hacer un sacrificio por mí. Qué sacrificio
deseas Puroculo?...Deseo que primero me monten todos los griegos mayores de 15 años y que luego me conviertas en tu reina. Poseidón ni corto ni
perezozo (pensó ete cu-lo no se me escapa!) le dijo: está bien. Luego de algunos años, Puroculo tuvo un hijo que fue asesinado en Atenas por haber
nacido de la reina Puroculo a quien le apodaban todas las mujeres: La Tiburona Griega! Poseidón empezó a matar a los Ateniences y estos claudicaron, de ese modo Puroculo les dió la paz con la condición de que cada nueve años los
atenienses tenían como sacrificio que enviar a Creta a todos los chicos de 15 a 30 años para que se lo empujen de dos en dos (osea por adelante y por
a troya). Entonces Poseidón se puso un poquito celofán y mandó a decapitar a todos los chicos que venían desde Atenas a cumplir con el sacrificio. Sucedido esto, los atenienses pidieron a Puroculo que interceda para que incluya Poseidón en su decreto que si dos de los chicos lograban llegar a
Creta y cu-learse a Puroculo, entonces el resto no sería asesinado por Poseidón. Puroculo convenció a Poseidón para que fuera así, entonces Deseo y Ping-aloca lograron llegar salvos a Creta con ayuda de las dos hijas de Poseidón: Adriana y Fedra. Estos la cogie-ron a Puroculo por adelante y por atrás a lo que se sumaron Adriana y Fedra quienes como locas se prendieron de los genitales de Deseo
y de Ping-aloca y se los chuparon toda la noche. Poseidón no tuvo más que aceptar no matar al resto, pero agregó una cláusula: Que los siete restantes
antes de regresar a Atenas vivitos, deberían primero entregar el po-to a Poseidón, así ocurrió y al final todos vivieron en paz.
El Mito de La Formación de la Vía Láctea
Se cree que fue Hera, la esposa de Zeus el dios de dioses, la que dio origen a la Vía Láctea, nuestra galaxia.
El mito de la Tiburona griega:
En Creta reinaba el singular rey Minus,una ciudad llena de corredores y cabañitas que parecía más que una ciudad, un laberinto.
En ella vivía la mujer (Puroculo) del primo de Minus (quien se llamaba Más), tenía la mujer un cuerpo bellísimo, ojos celestes, cabello rubio y era blanca de piel.
Más (el primo de Minus), se la robó a los vikingos y la hizo suya. Poseidón, dios de los mares, estaba locamente enamorado de Puroculo y le dijo: Yo
soy Poseidón y quiero darte un buen polvillo!, entonces Puroculo le dijo: Está bien, pero primero debes de hacer un sacrificio por mí. Qué sacrificio
deseas Puroculo?...Deseo que primero me monten todos los griegos mayores de 15 años y que luego me conviertas en tu reina. Poseidón ni corto ni
perezozo (pensó ete cu-lo no se me escapa!) le dijo: está bien. Luego de algunos años, Puroculo tuvo un hijo que fue asesinado en Atenas por haber
nacido de la reina Puroculo a quien le apodaban todas las mujeres: La Tiburona Griega!
Poseidón empezó a matar a los Ateniences y estos claudicaron, de ese modo Puroculo les dió la paz con la condición de que cada nueve años los
atenienses tenían como sacrificio que enviar a Creta a todos los chicos de 15 a 30 años para que se lo empujen de dos en dos (osea por adelante y por
a troya). Entonces Poseidón se puso un poquito celofán y mandó a decapitar a todos los chicos que venían desde Atenas a cumplir con el sacrificio.
Sucedido esto, los atenienses pidieron a Puroculo que interceda para que incluya Poseidón en su decreto que si dos de los chicos lograban llegar a
Creta y cu-learse a Puroculo, entonces el resto no sería asesinado por Poseidón. Puroculo convenció a Poseidón para que fuera así, entonces
Deseo y Ping-aloca lograron llegar salvos a Creta con ayuda de las dos hijas de Poseidón: Adriana y Fedra.
Estos la cogie-ron a Puroculo por adelante y por atrás a lo que se sumaron Adriana y Fedra quienes como locas se prendieron de los genitales de Deseo
y de Ping-aloca y se los chuparon toda la noche. Poseidón no tuvo más que aceptar no matar al resto, pero agregó una cláusula: Que los siete restantes
antes de regresar a Atenas vivitos, deberían primero entregar el po-to a Poseidón, así ocurrió y al final todos vivieron en paz.