la anciana sonrió, incluso rio con su timbre agudo y dijo que le agrada tu buena voluntad y que la joven te mostro tu recamara, mientras tu pensaste en el sueldo de cuatro mil pesos, el trabajo que puede ser agradable porque a ti te gusto esas tareas meticulosas de investigación, que excluyen el esfuerzo físico, el traslado de un lugar a otro, los encuentros inevitables y molesto con otras personas. Pensó en todo al seguir los pasos de la joven -te diste cuenta de que no la seguiste con la vista, si no con el oído: seguiste el susurro de la falda, el crujido de una tafeta- y estuviste ansiando ya mirar nuevamente esos ojos.
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margod1707
también me la puedes hacer en primera persona AURA
Respuesta:
la anciana sonrió, incluso rio con su timbre agudo y dijo que le agrada tu buena voluntad y que la joven te mostro tu recamara, mientras tu pensaste en el sueldo de cuatro mil pesos, el trabajo que puede ser agradable porque a ti te gusto esas tareas meticulosas de investigación, que excluyen el esfuerzo físico, el traslado de un lugar a otro, los encuentros inevitables y molesto con otras personas. Pensó en todo al seguir los pasos de la joven -te diste cuenta de que no la seguiste con la vista, si no con el oído: seguiste el susurro de la falda, el crujido de una tafeta- y estuviste ansiando ya mirar nuevamente esos ojos.
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