Durante estos días de confinamiento, es muy probable que haya llegado a sus teléfonos móviles y a sus correos un poema que empieza así: “Y la gente se quedó en casa. Y leyó libros y escuchó. Y descansó y se ejercitó. E hizo arte y jugó. Y aprendió nuevas formas de ser. Y escuchó más profundamente. Alguno meditaba. Alguno rezaba. Alguno bailaba. Alguno se encontró con su propia sombra. Y la gente empezó a pensar de forma diferente”.
Lo firma una misteriosa K. O’Meara y supuestamente data de 1800, el mismo año en el que hubo la gran epidemia de peste. Sin embargo, en las últimas horas se ha sabido que no fue escrito entonces. Su autora es Kitty O’Meara, una antigua maestra y asistente espiritual en hospitales y hospicios de Estados Unidos que se ha inspirado para escribir este texto durante la pandemia actual de coronavirus.
Respuesta:
Durante estos días de confinamiento, es muy probable que haya llegado a sus teléfonos móviles y a sus correos un poema que empieza así: “Y la gente se quedó en casa. Y leyó libros y escuchó. Y descansó y se ejercitó. E hizo arte y jugó. Y aprendió nuevas formas de ser. Y escuchó más profundamente. Alguno meditaba. Alguno rezaba. Alguno bailaba. Alguno se encontró con su propia sombra. Y la gente empezó a pensar de forma diferente”.
Lo firma una misteriosa K. O’Meara y supuestamente data de 1800, el mismo año en el que hubo la gran epidemia de peste. Sin embargo, en las últimas horas se ha sabido que no fue escrito entonces. Su autora es Kitty O’Meara, una antigua maestra y asistente espiritual en hospitales y hospicios de Estados Unidos que se ha inspirado para escribir este texto durante la pandemia actual de coronavirus.
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