matinaxo1 En el hombro la herida me latía como un segundo corazón. Si a ella le dolía también, no me lo dijo. La puerta se cerró. Por un momento nos abrazamos, y eso era la vida. Pero volvió el dolor, volvió la niebla sobre mis ojos y frente a mis labios. Y volverían dudas y reproches, y la herida del hombro, y su marido.
En el hombro la herida me latía
como un segundo corazón. Si a ella
le dolía también, no me lo dijo.
La puerta se cerró. Por un momento
nos abrazamos, y eso era la vida.
Pero volvió el dolor, volvió la niebla
sobre mis ojos y frente a mis labios.
Y volverían dudas y reproches,
y la herida del hombro, y su marido.